Capítulo 47: El libro

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Un rato después ambos se despidieron. Mientras iba de vuelta a la mansión se le vino a la mente el rostro de Gael. Tenía que admitir que era muy apuesto y que despertaba en ella un sentimiento cómo de querer conocerle más. Quizás le llamaba un poco la atención.

— Hola Nerea.

— Hola Elena —la saludó de vuelta.

Elena Monroe era la hija menor de Manuel y Sara y, a su vez, sobrina de Arturo y hermana de Giuseppe. Era una chica de cabello color rubio platino y ojos azul verdoso. Al igual que los Camps, los Monroe eran médicos.

— ¿Qué tal está tu familia?.

— Bien, recuperándose del susto pero bien, ¿Y vosotros?.

— También muy bien.

— Ojalá esto termine pronto y podamos vivir en paz.

Nerea asintió. Tenía miedo de lo que le iban a hacer a los hijos del diablo. En su interior tenía la sensación de que esto no iba a tener ningún final ni mucho menos iba a acabar bien. Si pudieran sellar la paz algún día, sería mucho mejor, pero visto lo visto iba a ser imposible.

— Por cierto, dentro de unas semanas serán las competiciones —dijo Elena haciéndola volver al presente.

— Es verdad, lo había olvidado, a ver que tal son este año.

— Sí, estoy muy emocionada, tengo muchas ganas de que llegue el día.

Nerea sonrió.

— ¿Vais a participar en alguno de los juegos?.

— Ni idea, Nerea, ¿Y tú?.

— Me gustaría participar en el tiro con arco.

— Interesante, Iris Salazar participa todos los años, aunque siempre gana, algunos dicen que hace trampas.

— La verdad, no me extrañaría, pero me gustaría ganarle, con un poco de suerte quizás lo logre.

— Pues suerte entonces, te veré en la competición.

— Gracias.

Al rato se despidieron y volvieron a sus respectivos hogares. Nerea entró en su habitación y se decidió a echarle un vistazo al libro. Cuando lo tomó, vió que se habían caído dos pergaminos. Uno era un mensaje.

— Esto te pertenece, Gabriel-leyó.

— ¿Gabriel?, ¿Quién es ese? —dejó el papel en la cama y, cuando abrió el libro, vió que dentro había una carta.

— Imposible —susurró al terminar de leerla— no puede ser, cómo que mis padres son brujos, eso tiene que ser un error, si nunca los he visto hacer magia ni nada y lo que es peor soy una de ellos. Esto no me puede estar pasando, pero si no he hecho nada anormal.

Dobló el papel.

— Espera Nerea, ¿Y si trataban de ocultarlo? ¿Y si mi madre quiso que guardara la llave por este motivo? ¿Y si mis padres no murieron de forma puntual en esa cruzada?

Muchas preguntas asaltaron su cabeza y era tarea de ella encontrar las respuestas. Se prometió a sí misma no descansar ni rendirse hasta conseguirlo, pero por seguridad debía mantenerlo en secreto y seguir cómo si nada hubiera pasado. Le iba a costar pero se esforzaría. Primero debía buscar información sobre el tal Gabriel y luego se ocuparía de los otros asuntos, pero no empezaría hasta que no terminaran los juegos medievales. Con estos pensamientos se fue a almorzar.

Demasiadas novedades para ella en dos días.

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora