Capítulo 63: Dirigiéndose al mercado negro

4 2 0
                                    

Poco después de que María se marchara, Nerea se quedó en la cama algo preocupada. Rezaba porque volviera sana y salva. Por otra parte estaba asustada y algo nerviosa debido a que casi la pillaba leyendo el libro que le dejaron sus padres. Debía ocultar su verdadera identidad costara lo que costara.

Horas después, oyó la puerta abrirse y observó a Rafael algo preocupado.

— ¿Qué ocurre?.

— Ha venido el padre Emmanuel a informarnos de la Misión en la que participó María. Sólo han encontrado los cuerpos de los soldados de los Salazar. No hay rastro de María.

Nerea se quedó con la boca abierta y sin poder articular palabra alguna.

—Por todos los cielos, eso es terrible. Señor Vidal, no creo que esté muerta, debemos buscarla,seguro que sigue con vida.

— Sí, se lo hemos comunicado al capitán Veryard e interrogaremos a todos por si saben algo. La vamos a encontrar. Lo malo es que si no aparece he de darla por muerta y no quiero eso.

Varios días después, Giuseppe acudió a la masía para revisar a Nerea. Pudo notar que ya estaba bien. Nerea logró recuperarse y por fin podía caminar.

—Como pueden ver, su tobillo está completamente curado. Me llevo el frasquito.

—Muchas gracias, Giuseppe.

—De nada.

Después de que saliera, miró el libro y el colgante. Ya era hora de buscar información sobre Gabriel Palaus. Cuando estaba a punto de cerrarlo, vió algo escrito con letras borrosas.

Mercado Negro de Vía Platea.

—¿Qué sitio es este?, ¿Será algún mensaje póstumo de mis padres para que encuentre algo allí?. Debo ir a esa aldea.

La aldea estaba a unos días de aquí, así que preparó algo de costo para el viaje y preparó a Esmeralda. Antes de irse escribió una pequeña nota diciendo que se iba unos días a buscar a María.

Una vez hecho todo, se montó en su caballo y salió rumbo hacía Vía Platea.

Dicha aldea se situaba al sur de la provincia de Luna Nova. Después de varios días, llegó a su destino. Por el camino preguntó a uno de los aldeanos, un señor de mediana edad.

—Disculpe.

—Dígame, bella dama.

—¿Podría decirme donde puedo encontrar el mercado negro?.

—Ese sitio es muy peligroso.

—Por favor, tengo que hacer algo muy importante en ese lugar.

—De acuerdo,está al final del pueblo.

—Muchas gracias.

Ató a Esmeralda a un poste y el resto del trayecto lo hizo a pie.

Cuando llegó a su destino, lo primero que observó fue dos vigas de madera sujetando un tablón desgastado donde podía leerse: Mercado Negro Nigrum Spina.

Una vez atravesado, una sensación de pánico despertó en sus entrañas. Notaba como los transeúntes la miraban. En un rincón se estaba produciendo una venta de esclavos y la gente comprándolos a cambio de dinero y animales. Enfrente había un burdel donde las mujeres se insinuaban a los hombres mostrándoles sus senos. Era algo repugnante. Ese lugar era la casa del pecado. Al lado del burdel encontró un puesto donde al parecer vendían joyas igual que el mercado de Luna Nova. En el mostrador había una anciana con rostro antipático y con pocas ganas de estar ahí.

—Ejem.

La anciana levantó su mirada.

—¿Qué quiere?.

—Vengo buscando información sobre Gabriel Palau.

—No sé quién es, pregunta por ahí.

—Gracias.

Justo cuando iba a seguir con su caminata un joven acompañado por una bella mujer llamó su atención.

—Lo siento, no pude evitar oirla, conozco a una persona que, según las habladurías, ha combatido contra los brujos y quizás te pueda ayudar. Su nombre es Viriato—Dijo en un susurro.

—¿Dónde puedo encontrarle?.

—Suele frecuentar mucho la taberna que está al final.

—Muchas gracias.

A continuación entró en la taberna.

—¿Qué desea?—Dijo una tabernera rubia.

—Busco a un hombre, Viriato.

—Soy yo.

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora