Capítulo 42: Primer encuentro con el capitán Veryard

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De vuelta en la masía Vidal

Los guardias al caer en la trampa corren dejando al supuesto guardia atrás, cuando Gabriel y Josep vieron que no había nadie por la costa salieron de su escondite.

— Bien, ahi que entrar ahora pues el falso guardia ha terminado de dar la falsa alarma —dijo Josep

— No te confíes Josep, ahí que estar preparados por si acaso ahí algún guardia o sirviente dentro —dijo Gabriel

— Eso lo sé Gabriel —dijo Josep— pero por hoy quiero hacerles sentir lo que hacen sentir a todos los druids, quiero hacerles sentir el miedo de que ni en su casa están a salvo, porque cuando ellos lo hacen dicen que es justicia pero si nosotros lo hacemos es porque somos unos salvajes e hijos del diablo —termina de decir Josep apretando los puños y dejando salir el odio que tenía hacia los cazadores.

Gabriel al ver esto agarra del brazo a Josep y tira de él para darle un abrazo, desde pequeños esto siempre le había servido a Josep para tranquilizarlo, y era una forma que tenían de compartir el dolor entre ambos. Cuando Josep ya se hubo tranquilizado decidieron entrar, Josep se quedaría cerca de la entrada vigilando que nadie entrase o saliese sin que él se diera cuenta, mientras Gabriel iba a buscar dónde tenían sus suministros guardados la familia Vidal.

Gabriel se encontraba recorriendo todos los castillos tocando las paredes buscando una puerta oculta pero no encontraba nada, de repente empezó a escuchar pasos que se iban acercando a donde él estaba aprovechó que había una armadura lo suficientemente grande para esconderse, espero a que la persona pasase delante de él preparado para lanzarle un hechizo que dejase inconsciente al guardia o sirvienta que pasase por ahí. Estaba preparado para todo pero no para verla ella justo delante de él, estaba pasando la chica que se chocó con él en el Valle de la striga y aunque fuese una cazadora Gabriel veía pureza en su corazón no era como los demás cazadores por eso bajó su mano, siendo incapaz de lanzar algún hechizo.

Cuando la muchacha pasó de largo y se perdía entre los pasillos Gabriel decidió seguir con su búsqueda hasta que en un golpe que dio a la pared se abría una trampilla pequeña, utilizando el hechizo solas iluminó la trampilla y cuando miró al interior solo se encontró con una tela rojo sangre que envolvía un libro grande y grueso, lo cogió con delicadeza y la trampilla se cerró sola. Metió el libro entre sus ropas y siguió buscando los suministros de la familia Vidal pero algo le hizo parar de golpe, tantos años pasando con Josep le hizo desarrollar un sentido que le decía que él estaba en peligro o que lo iba a estar, por eso, haciendo caso a ese sentido que nunca se equivocaba fue corriendo hasta la entrada donde se tenía que encontrar con él, pero no estaba solo, delante de Josep quien tenía a una muchacha de pelo rizado rojizo apresada se encontraba el tan conocido capitán Veryard acompañado de sus guerreros.

— Mirad que nos ha venido a visitar, otra rata —dice el cazador mirando ahora a Gabriel, vuelve a mirar a Josep y da un paso— será mejor que la sueltes rata rastrera

— Y tu será mejor que te quedes quieto si quieres ver viva a tu futura líder —dice Josep dando un paso atrás y acercando más el arma al cuello de Maria haciendo que se la haga imposible respirar.

Gabriel se fijó que el cazador iba a dar un paso adelante como si no le importase lo que le pasara a la chica pero luego reculó.

— Puede que hoy os hayáis librado pero no tendréis suerte la próxima vez —y dicho esto Josep quitó el arma del cuello de la hija de los Vidal y la empujó con todas sus fuerzas a donde estaban el cazador y los guerreros.

Gabriel y Josep salieron corriendo de la masía Vidal metiéndose entre los árboles pisando las raíces gruesas que veían o balanceándose entre las ramas gruesas para no dejar rastro. Cuando estuvieron lo suficiente lejos se dieron cuenta de que estaban cerca de llegar al Mercado de Andrómeda, decidieron descansar un poco pues la misión se había torcido al final y eso era algo que ni Gabriel ni Josep habían planeado.

Josep se apartó mientras insultaba a los cazadores a los cuatro vientos y Gabriel al verlo sabía que cuando se encontraba en ese estado era mejor dejarlo en total tranquilidad para que descargara toda su ira. Gabriel dio un suspiro y se acordó del libro que había encontrado, sacó de entre sus ropas el libro envuelto en la tela y se lo puso en el regazo, agarró una esquina de la tela y la quitó con gran delicadeza.

El libro era morado con signos celtas en la parte superior e inferior, en el centro había otro signo celta más grande con un paisaje de un árbol y cuatro aves, tres de esas aves estaban volando mientras la otra estaba en una rama justo delante y pintado de negro, se podía ver el título del libro el cual era; Cuentos de la mitología celta.

Gabriel se extrañó de que un cuento dedicado a niños pequeños tuviera un candado pero no le dio mucha importancia hasta que cuando con solo el roce de sus dedos pudo sentir la magia que provenía de este a la vez que el libro cambiaba, ahora era de un marrón desgastado por la edad con una tapa más gruesa que la anterior y decorado en el centro con un signo druida antiguo.

— Estabas muy bien escondido —dice Gabriel mirando al libro y soltando una pequeña sonrisa

Gabriel acarició el lomo del libro con delicadeza y sintió una pequeña sensación de magia recorriendo su cuerpo con eso Gabriel descubrió que el libro tenía magia en su interior así que apunto su dedo hacia la cerradura pero no le dio ni tiempo a conjurar el hechizo cuando el propio candado se abrió por sí sólo, Gabriel quito el candado y la tapa por si sola se abrió.

Cuando Gabriel vio en el interior se encontró con un dibujo de la muchacha pues así le había puesto él a la desconocida con la que tuvo el encuentro en el valle de la Striga, debajo del dibujo había una carta doblada junto a un sobre Gabriel cogió el sobre para saber a quién estaba dirigida la carta pero no había nada escrito así que decidió mirar en la carta para saber, pero ya sospechaba que iba a ser para la muchacha. Gabriel cogió la carta no con toda la delicadeza que lo hizo con el libro pues la carta no era tan antigua pero sí que tenía cuidado para que no se rasgasé ni nada, cuando la desdobló pudo leer con perfecta caligrafía que iba dirigida a la joven pues empezaba con un...

Querida Nerea.

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora