Jughead fijó su mirada en ella; era como si la estuviera analizando con la mirada mientras ella también lo miraba fijamente a él, sin poder creer que lo tenía en frente.
Por fin cara a cara, pero no se decían una palabra. Era como si procesaran el hecho de verse de nuevo tan de cerca.
—Hola, Betty— La saludó Jughead, sonriéndole un poco, queriendo romper el hielo.
Betty sonrió levemente, mirándolo. —Hola, Jughead—
Después de saludarse, volvieron a callarse y el ambiente se tornó algo incómodo.
—¿Entonces tú eres el jefe?— Se atrevió a preguntar la rubia, algo tímida.
Jughead asintió. —Terminé mis estudios a los veintidós y ahora estoy a cargo de las empresas de mi padre. Necesitaba una ayudante de medio tiempo, enviaste tu currículum y yo... quise que te quedaras. No sabía que te habías mudado aquí otra vez—
Betty asintió, aún en shock. —Yo... me mude hace varios días y empecé la universidad. Estaba buscando un trabajo de medio tiempo para tener experiencia. No sabía que esta era tu empresa—
—Me alegra verte de nuevo— Admitió el ojiazul, con una sonrisa.
Betty sonrió y habló después de un breve silencio. —¿Entonces cuando empiezo? ¿Hoy?—Preguntó, nerviosa y emocionada.
—Alto ahí, pequeña. Primero debo mostrarte la empresa— Respondió Jughead, divertido, mirándola.
Betty sonrió. —Bueno, está bien. Tú dirígeme—
—Claro, ven conmigo Betty— Invitó el chico, saliendo de la oficina.
Betty lo siguió como pudo, porque ella seguía siendo más pequeña que un chico tan alto como Jughead y se le hacía difícil seguirle los pasos.
—Veras, pequeña... las empresas Jones están en todo el país. Además de este edificio aquí en esta hermosa ciudad, hay más edificios como estos en todo el país y hasta fuera del país— Presumió Jughead, caminando por los pasillos con Betty tras el.
—Wow... entonces eres más rico de lo que pensé— Admitió Betty, caminando detrás de él.
—Mi familia estuvo construyendo todo esto desde hace unas tres generaciones atrás. Es el legado familiar. Cuenta con seguridad y vigilancia por guardias y cámaras las veinticuatro horas del día y casi siete mil empleados— Informó Jughead, deteniéndose frente a la ojiverde.
—¿Casi siete mil empleados?— Preguntó Betty, con los ojos abiertos como platos.
—Claro, nena. Un edificio tan grande debe estar ocupado por una gran cantidad de personas. Sígueme pequeña— Pidió, volviendo a caminar.
Betty volvió a seguirlo, cada vez más fascinada, y el chico se detuvo frente a una oficina con una vista increíble hacia la ciudad y con mucho espacio.
—Veras... pequeña... estás aquí porque nuestras empresas cuentan con programas para capacitar a chicos jóvenes como tú, y creo que no hay nadie mejor capacitada que tú para ser mi mano derecha— Aseguró Jughead, sonriéndole.
Betty sonrió. —Gracias Juggie—
Jughead sonrió una vez más y entró a esa oficina. —Ven aquí—
Betty fue con él y éste encendió la computadora que estaba encima del escritorio y abrió varias carpetas. —Mira esto, linda. Vivo ocupado para encargarme de mover y administrar estos archivos y organizar documentos. Por eso necesito tu ayuda. Las computadoras son lo tuyo—
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•Mi Corazón Es Tuyo•
FanfictionCuando te conocí, entonces mi vida tuvo sentido, y eso que le da sentido a mi vida eres tú