—Agh... Jug... mas...— Pidió Betty entre descontrolados gemidos, mientras su novio la embestía con violencia bajo la ducha.
Jughead la tenía contra la pared, y mientras ella tenia sus piernas enredadas en su cintura, el arremetía contra ella, entrando y saliendo de su estrecha entrada caliente y apretada mientras el agua caía sobre sus cuerpos totalmente desnudos.
Sabían que afuera de ese baño no se escuchaba nada, y mucho menos con el sonido del agua cayendo sobre sus cuerpos tremendamente excitados.
—¿Así, mi amor? ¿Te gusta o quieres más?— Le pregunto Jughead a su novia con voz ronca, dejando chupetones por todo su cuello y pechos mientras golpeaba con mas violencia en su interior, mucho mas profundo.
—Mas Jug... mas...— Le pidió, enterrando sus uñas en la espalda del chico mientras el la penetraba con mas agresividad.
El cada vez entraba mas profundo, con mas fuerza mientras ella se mantenía tan excitada que no podía hacer nada mas que gemir, y el amaba ese sonido mientras al mismo tiempo devoraba su cuello y pechos, que lo volvían completamente loco.
Eso fue hasta que alcanzaron tanto placer que terminaron llegando juntos a la cima después de que el dio un par de golpes mas dentro de ella, y ella se derrumbo junto a él, ambos corriéndose, con sus respiraciones completamente agitadas y alteradas después de haber alcanzado el clímax ya cuatro veces consecutivas.
—Juggie... ya, ya fue suficiente. Estoy exhausta— Admitió Betty, apenas con aire, aun recuperándose en sus brazos.
—Pero si apenas íbamos calentando mi amor— Respondió Jughead, bajándola de sus brazos y saliendo de ella.
—Es que ya lo hicimos como cuatro veces. Ahora si bañémonos y mas te vale que no me hayas dejado marcas— Advirtió Betty, mirándolo con una ceja alzada.
—Eso te digo yo a ti— Se defendió el ojiazul, acercándose a ella y tomándola del mentón, haciendo que lo mirara a los ojos. —Clavaste tus uñas en mi espalda mientras lo hacíamos y tu gemías mi nombre, nena— Susurro en su oído, besando su cuello con delicadeza.
Betty sonrió ante esos delicados besos en su cuello hasta que sintió otra vez como se levantaba el miembro de su novio entre sus piernas. —Juggie... te dije que ya no puedo más—
—Pero mi amor... uno mas no hará daño— Aseguro Jughead, bajando sus besos a los pechos de su novia. —Es tu culpa. Es que me encantas amor, demasiado— Dijo, volviendo a su boca y volviendo a pegarla contra la pared.
Esto termino en otras dos rondas de sexo salvaje bajo la ducha, y cuando por fin salieron de ahí, estaban vistiéndose en la habitación después de asegurarse de que la niña aun dormía, porque había terminado muy cansada después de jugar toda la tarde.
Jughead se encontraba frente al espejo que estaba delante de la cama, colocándose una camisa blanca sencilla con unos pantalones finos y negros, peinando su pelo abundante y mojado hacia atrás.
Betty se ponía un vestido negro y sencillo, y cuando se giró a mirarlo abrió los ojos como platos, encantada. —¿Por qué tan elegante, señor Jones?— Pregunto, divertida, poniéndose de pie y acercándose a él después de estar sentada frente al espejo de los cajones.
Jughead se giro hacia ella, se puso de pie y tomo sus manos, besándolas. —Tu y yo, señorita, tenemos una cita en el balcón de atrás ahora mismo, y por eso estoy así. ¿Y tú que me dices? ¿Qué es ese vestido tan sexy? — Pregunto, mirándola de arriba a abajo con ese vestido negro con escote adelante y detrás, por encima de las rodillas.
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•Mi Corazón Es Tuyo•
Fiksi PenggemarCuando te conocí, entonces mi vida tuvo sentido, y eso que le da sentido a mi vida eres tú