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Esos días se habían ido como si nada, y ya el día en el que Betty se tendría que ir a Italia había llegado.

Ella estaba nerviosa, pero lo que la hacía sentir mejor era saber que estaría con Jughead.

Estaba terminando de arreglar su pequeña maleta en su habitación mientras su madre y su hermano la observaban.

—Mi bebé va a viajar— Dijo Alice, mirando a su hija con orgullo.

—Estamos orgullosos, hermanita. Siempre quise que llegaras a ser incluso mejor y más destacada que yo. Te felicito por todo lo que has hecho a tan corta edad— La felicitó Charles, con una sonrisa.

Betty los miró y sonrió. —Oigan... no me iré para siempre—

—Lo se, pero te extrañaremos mi amor— Aseguró Alice, acercándose a su hija y abrazándola. —Solo cuídate mucho—

—No hables con hombres y no te separes de las chicas con las que andaras— Advirtió Charles, acercándose a su hermana para también abrazarla.

Betty sonrió en medio de ese abrazo familiar hasta que se separó. —Cuida mucho a mamá, Charles—

En eso se escuchó un auto tocar la bocina frente a la casa y Betty supo que esa era su señal; salió de la casa y ya afuera la recibió Sweet pea, quien la ayudó con la pequeña maleta, y Cheryl iba al volante.

—Vámonos Betty linda— Le avisó la pelirroja a la rubia desde el asiento del conductor, mirando a Charles y Alice. —¡Adiós familia de Betty!—

Alice y Charles le respondieron el saludo y Betty quiso abrazar a su madre y hermano por última vez antes de subir a aquel vehículo.

Y aún después de subir y haber emprendido el camino, Betty se quedó mirando a su familia por la ventana hasta que dobló la esquina y no los vio más.

—Se que tal vez no te has separado de tu familia antes, pero es solo hasta el lunes, no te preocupes— La animó Cheryl mientras conducía.

—Jughead nos espera en el aeropuerto. Llegaremos en unos quince minutos— Avisó Sweet pea.

Betty asintió con una pequeña sonrisa. —Gracias chicos—

—Ahora solo relájate. Será un viaje algo largo—Avisó Cheryl, empezando a reproducir música suave en la radio del vehículo.

Fueron unos minutos en los que Betty pensó mucho en cómo sería el viaje y por fin conocer Italia, pero sobre todo, estaba emocionada por encontrarse con Jughead.

Finalmente llegó al aeropuerto, pero no el aeropuerto que ya conocía; era un tipo de aeropuerto privado, específicamente perteneciente a Jughead.

Ella bajó del auto, Sweet pea bajó la maleta y entonces Betty vio a Jughead acercarse a ella con una camisa blanca que tenía los primeros botones sueltos y con unos lentes oscuros.

Le parecía demasiado sexy, pero quería controlar sus pensamientos.

—¿Estas lista?— Le preguntó el ojiazul, posando una mano en su mejilla.

Betty asintió con una pequeña sonrisa y Cheryl la abrazó por detrás.

—Ten un buen viaje, hermosura— Le dijo Cheryl tras separarse del abrazo, mirando a Jughead. —Cuídala mucho o te mato—

Jughead rodó los ojos y Betty volvió a abrazar a la pelirroja.

—Gracias a ti, puedo participar en esto. Gracias— Agradeció la rubia, sonriéndole a la pelirroja y separándose del abrazo.

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