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Llego el día siguiente, y Betty solo había dormido algunas cuatro o cinco horas; Se había desvelado haciendo todas las tareas con las que tenia que cumplir, y por eso no estaba del todo atenta a sus clases en la universidad.

Eso sin mencionar sus malentendidos con su novio, con el cual no se volvió a hablar.

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En la universidad, Betty estaba en la cafetería con sus amigas Verónica y Toni, tomándose un saludable jugo natural; La morocha y la morena hablaban animadamente, pero Betty andaba perdida en un mundo muy lejano al de ellas dos. Estaba demasiado cansada y no paraba de pensar en su novio.

—A papi no le agrada mucho mi novio, pero también sabe que Archikins es un amor y nunca me haría nada malo— Presumió Verónica.

—Y si lo hace, le cortamos las bolas y ya. ¿Verdad Betty? — Le pregunto a la rubia, mirándola, pero esta estaba muy distante.

Verónica también lo noto, y tomo la mano de la rubia, llamando su atención. —Oye, B... ¿Qué ocurre? — Le pregunto.

 Betty aterrizo otra vez en el mundo real y vio la preocupación de sus amigas reflejada en sus rostros. —¿Qué ocurre? ¿Por qué me miran así? —

—¿Estas bromeando con nosotras? Betty... no prestaste mucha atención en las clases y estas en cualquier parte menos aquí. Además... tienes unas ojeras mas grandes que tú. ¿No descansaste lo suficiente? — Pregunto Verónica, preocupada.

—A ver... ¿Cuántas horas dormiste? — Le pregunto Toni, acariciando su cabello.

 —Ay chicas... estoy bien. Me dormí un poquito tarde haciendo las tareas, es todo— Contesto, sonriéndoles.

Verónica y Toni se miraron para luego mirarla a ella.

—¿Qué tan tarde? — Le pregunto Verónica, no muy convencida.

Betty rodo los ojos. —Les aseguro que lo académico no me preocupa ni un poco ahora mismo—

—Entonces... ¿Paso algo con Jughead? — Pregunto Verónica.

—No quiero hablar de eso— Negó Betty, bajando la mirada, con los ojos cristalizados.

 Ahí la morocha y la morena se dieron cuenta de lo que pasaba en realidad y abrazaron a Betty, haciéndole sentir todo el apoyo y el cariño con el que contaba.

—No tienes que contarnos que fue lo que paso, pero aquí estamos para ti— Aseguro Verónica, abrazándola aún más.

—Cuentas con nosotras Betty. Y si hay que cortarle las bolas también a Jughead tu solo avísanos— Dijo Toni, divertida, sin dejar de abrazar a su amiga.

Betty soltó una pequeña risa y se separo de aquel abrazo, sonriéndoles. —No sé qué haría sin ustedes. Son las mejores—

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Al caer la tarde, Jughead estaba en su oficina, pero no era él; No había nada que deseara mas que hablar con Betty, y caramente podía hacerlo porque ahora mismo ella estaba en ese edificio, pero el orgullo no se lo permitía.

—Hola viejo— Lo saludo Archie, entrando a su oficina y deteniéndose al verlo tan pensativo. —Rayos... ¿Qué paso, amigo? —

Jughead tomo aire y lo miro. —Es increíble hasta donde llegan las cosas, Archie. ¿Quién diría que hoy en día yo iba a estar aquí, dando pena por amor? Es increíble, no me conozco Archie. No me conozco—

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora