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—¿Qué? — Hablo una voz muy conocida, entrando a aquella oficina. —¿¡Qué diablos está pasando aquí!? — Grito.

Esa voz hizo que Betty y Jughead se separaran de golpe, y cuando se dieron cuenta, esa persona que había entrado a su oficina era una persona que conocían muy bien.

Era Charles.

Y no estaba para nada feliz.

Hubo un silencio muy incomodo en el ambiente. Posiblemente el silencio mas tenso e incomodo de sus vidas. Charles los miraba, extremadamente enojado. Tanto que parecía que echaría humo por las orejas.

Betty y Jughead solo lo miraban, en silencio. Una vez más, a la rubia se le empezó a escapar el aire, y Jughead tomo la iniciativa, acercándose a Charles.

—Charles... puedo explicartelo— Dijo Jughead, mirándolo. —Se que tu...

—¿Qué me vas a explicar? ¿El hecho de que otra vez te estes besando con mi hermanita, así como hace unos tres años atrás? — Pregunto el rubio, furioso. —¿¡Como es posible que otra vez lo estes haciendo!? ¡Si hubiese sabido que Betty estaría cerca de ti en esta maldita empresa, jamás la habría dejado estar aquí! ¡No puedo creer que sigas estando interesado en ella después de tres malditos años! — Grito.

—¡Porque yo lo amo, Charles! — Hablo Betty, acercándose a él, temblorosa, pero firme. —Lo amo y lo he amado desde los quince años. Puede que en el momento yo tal vez era muy joven, pero hoy tengo dieciocho y no puedo seguir permitiendo que estes metiéndote en mi vida y decidiendo a quien puedo amar y a quien no—

—Juro que quise hablar contigo, pero Betty te teme tanto que no me lo permitió. Charles... éramos los mejores amigos en el planeta. ¿Te acuerdas, Charlie? — Le pregunto Jughead.

Charles miro a Jughead, y luego a Betty, recordando aquellos tiempos en los que las cosas no eran tan complicadas; Cuando ellos eran los mejores amigos del mundo y no había tanta rivalidad.

—No me llames así. Esos tiempos murieron desde que tu decidiste traicionarme. Ahora suelta a mi hermana, idiota— Exigió Charles, dando unos pasos hasta quedar cara a cara con el pelinegro.

—Charles, no— Pidió Betty, metiéndose en el medio de los dos chicos.

—Tu y yo tendremos una seria conversación en casa, niña. Con permiso— Dijo Charles, apartando a Betty de en medio con un leve empujón.

—Oye, tampoco la trates así. Podemos hablarlo como personas civilizadas— Sugirió Jughead, mirando fijamente a Charles.

 —No tengo nada que hablar contigo y no eres nadie para decirme como tratar a mi hermana— Se negó Charles, empujando a Jughead.

—¡Déjalo! —Exigió Betty, acercándose a ellos otra vez, pero el aire abandonaba sus pulmones. —¡Estas actuando como un animal, Charles!—

—¡Tu a mi me respetas! ¡En este momento te alejas de este tipo y vienes a casa conmigo! — Exigió el rubio, tomando a su hermana del brazo, enojado.

 —¡No voy a permitir que le hagas nada! ¿¡Acaso no ves que esta por tener un ataque de asma!? — Le grito Jughead a Charles, apartando a Betty de el para ayudarle a sentarse. —Betty, nena... mírame. Por favor trata de relajarte y respira conmigo. ¿Bien? —

Betty asintió mientras Jughead la ayudaba a relajarse y evitar un ataque de asma. Jughead le hablaba y la trataba como lo mas delicado y preciado del mundo para el mientras Charles solo observaba. El rubio estaba enojado, pero sabía que, si no paraba de pelear con el ojiazul, su hermana se pondría peor y él no quería eso.

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