Pasaron varios días en los que Betty y Jughead no se volvieron a ver, y eso les estaba afectando; Jughead se volvió cortante y frio con todos, mas cerrado. Era como si se hubiese transformado.
Pero la peor parte le había tocado a la rubia; No estaba rindiendo en la universidad, se alejo de todos, no se preocupaba por alimentarse o dormir bien y lo más peligroso es que se había descuidado de sus tratamientos para el asma. Las personas mas cercanas a ella se estaban preocupando.
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Jughead estaba en su oficina, como casi siempre lo estaba; Miraba por la ventana, pero su cabeza solo podía dar vueltas en torno a una sola persona, y esa persona no estaba con él, y el no sabia nada de ella.
Algo le decía que lo mejor para ella era que el se alejara, por mas que le doliera.
—Hola, torombolo— Saludo Cheryl, entrando a la oficina del ojiazul y soltando un suspiro al verlo tan callado, mirando por la ventana. —Jughead...
Jughead se giro a mirarla. —Cheryl, hola. Perdón... yo...
Cheryl no lo dejo hablar y lo abrazo. —No me digas nada— Pidió, separándose con una leve sonrisa. —Hiciste lo correcto. Hiciste lo que era lo mejor para ella y estoy orgullosa—
Jughead sonrió levemente, bajando la mirada. —Tal vez... ella estaba llevando demasiado peso, mas de lo que podía soportar. Pero... no he vuelto a saber nada de ella. No se como esta, no se como se siente por esta situación y no se en que podría estar pensando. Cher... yo la extraño y no he dejado de pensar en ella ni un momento—
—Ay Jug... —Respondió la pelirroja, volviendo a abrazarlo. —Esta bien, entiendo— Se separo. —Pero creo que le haces falta también. Toni y Verónica me dijeron que ella ya no presta mucha atención en la universidad y que esta cortante con todo el mundo. Y no sale de casa y su hermano la tiene en la palma de su mano, evitando que ella sea libre de amar a quien quiera. Ese chico está loco—
—No lo entiendo. Mira... tengo una hermana menor, pero tampoco la hostigaría tanto. Creo que el esta haciéndole daño. Si de verdad quisiera a su hermana, no le robaría la libertad de esa manera— Opino Jughead.
—Y yo te apoyo en esa parte. Pero... ¿Vas a hacer algo al respecto? — Pregunto Cheryl.
Jughead negó, con la mirada baja. —Creo que por ahora lo mejor será que yo me mantenga alejado. Al menos por un tiempo, creo—
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Por otro lado, Charles iba llegando a casa de su madre y su hermana menor, pero al entrar, no vio a nadie y no tenia conocimiento de que ellas habían salido.
—Mamá, hermanita... estoy aquí. ¿Hay alguien? — Pregunto Charles, buscando a las rubias con la mirada.
El rubio escuchó un ruido, y cuando se dio cuenta, Alice iba bajando las escaleras de la casa, y no se veía feliz.
—Mamá ... ¿Todo bien? ¿Qué ocurre? ¿Betty sigue haciendo berrinches estúpidos? — Pregunto Charles, rodando los ojos.
—¿Berrinches? Ya no se que hacer con ella, Charles, te lo juro— Se quejo Alice, sentándose sobre el pequeño sofá de la sala, frustrada. —No le está prestando atención a la universidad, no quiere comer nada, no descansa bien y no se esta tomando sus medicinas. No me gusta hacia dónde va esto. Voy a buscar a Jughead para que hable con ella—
—¿Buscar a quién? Mamá... Betty tiene prohibido ver a ese tipo y él tiene prohibido verla a ella. ¿Por qué vas a llamarlo a el? — Pregunto Charles, enojado.
—Charles... creo que esta mal lo que estas haciendo. Betty lo quiere y el la quiere muchísimo a ella. El solo la cuida y eso no está mal— Opino Alice. —Betty esta deprimida. ¿Qué no lo ves? —
—¿Deprimida? Mamá por favor... ¡Es solo un berrinche! Así es como Betty conseguía todo cuando estaba pequeña. Unas lagrimas y tu y papá le daban el mundo entero. ¿No te das cuenta? Eso es lo que ella quiere y sobre mi cadáver se va a involucrar con ese tipo— Expresó Charles.
—Perfecto, perfecto. Pero... ¿Sabes lo que yo pienso? Pienso que estas un poquito confundido— Opino Alice, poniéndose de pie y mirando a su hijo. —¡Eres su hermano mayor, no su padre! —
—¡Pero le prometí que la cuidaría por el! — Se justifico, tomando aire para calmarse. —Cuando papá se fue... le prometí que iba a cuidar de ella y eso es lo que estoy haciendo—
—¿Cuidarla? Charles... Betty ya no es una niña y no creo que tenerla encerrada y prohibirle que se enamore sea la manera de cuidarla. Si de verdad te importa tu hermana, déjala ser feliz— Exigió Alice, mirando a su hijo antes de retirarse a la cocina.
Charles no se molestó en responder, y esas ultimas palabras se quedaron grabadas dentro de el y lo dejaron pensando.
Por otra parte, Betty estaba en su habitación, abrazada a sus piernas mientras miraba por la ventana, deprimida; Que le prohibieran verse con Jughead fue como si le quitaran un trozo de ella. Ya nada le importaba. Ignoraba a todo el mundo, iba a la universidad por pura obligación y ya no le importaba si algún día no muy lejano moría por un ataque de asma en medio de la noche.
—Hola Elizabeth— Saludo su madre, desde la puerta.
—¿Qué quieres, mamá? — Le pregunto Betty, sin mirarla.
—Betty, me parece que tu mamá quiere que comas algo, que descanses y que te tomes tus medicinas— Sugirió una voz que provoco que el corazón de la rubia saltara.
Betty se puso de pie inmediatamente y cuando miro hacia la entrada de su habitación, se encontró con el mismísimo Jughead Jones ante ella, al lado de Alice.
Ella no lo podía creer.
Me parece que debo dejarlos solos. Estaré abajo con Charles si me necesitan— Aviso Alice, sonriéndoles y retirándose.
Betty asintió, pero sin dejar de mirarlo a él; Para ella, lo que estaba pasando era irreal. Jughead dio unos pasos hasta estar cara a cara con ella, mirándola fijamente.
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