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Perder al segundo bebé fue un golpe duro, aunque quisieran fingir que no; Betty se alejo de todos en absoluto. Usaba el trabajo para distraerse y evitar a los demás, y en cuanto a Jughead, el trataba de acercarse a ella, y ella siempre lo evadía y buscaba un pretexto para evitarlo.

Jughead también estaba dolido, pero luchaba por hacerse el fuerte y recuperar a su familia, aunque Betty permanecía alejada y tanto ella como Jughead no estaban pasando tiempo con su única hija, porque el trabajo los consumía.

Los planes de Jughead se habían caído en picada.

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El ojiazul se había quedado hasta tarde en su oficina, en trabajo, como siempre. El trabajo lo estaba consumiendo a el y a su chica, y los estaba alejando de su hija. 

El termino lo que estaba haciendo en su computadora y se puso de pie, colocándose su saco para salir de la oficina, y en el pasillo choco con Reggie.

—Hola, amigo. Has estado desaparecido y Cora también— Le dijo Jughead a Reggie, dejando unas palmadas en su espalda.

Reggie sonrió, colocando su mano en la nuca, nervioso. —Hemos estado ocupados—

—Si, se que se mantienen bastante ocupados últimamente— Admitió Jughead, mirándolo con una ceja alzada.

Reggie bajo la mirada, feliz y algo nervioso. —Si, es que... Cora y yo... Cora y yo seremos padres—

Jughead abrió los ojos como platos y se puso tan feliz que salto y abrazo a su amigo. —¡Ya era hora!— Se separo, con una sonrisa. —Llevan dos años casados. Eso... eso es genial, amigo. Felicidades—

Reggie sonrió, volviendo a abrazar a su amigo. —Gracias viejo. En un tiempo estaré cambiando pañales como lo hacías cuando Lili estaba mas pequeña. Pero... puedo acostumbrarme— Se separo. —Me voy, Cora esta con su madre e iré a recogerla. Adiós viejo— Se despidió, largándose a correr por el pasillo.

—¡Hasta luego amigo!— Le grito a Reggie, viéndolo correr por el pasillo.

El estaba mas que feliz por su amigo, pero eso no evito que recordara que hace unas semanas había perdido a un bebé y que probablemente hubiese podido tener otro hijo con la mujer que ama, y que eso no fue posible.

Eso causaba un remordimiento y una presión en su pecho que no lo dejaba en paz. Dejo de lado esos pensamientos y se dispuso a regresar a su casa con su familia.

Pero el sabia que en su casa las cosas no iban a estar mejor; Llego, bajo del auto y cuando entro a la casa solo vio a Martha en la cocina.

—Hola Marthita— La saludo, acercándose a ella y besando su mejilla. Esta era como otra madre para él. —¿Sabes en donde están mis otras dos chicas especiales?—

—Betty llego primero que usted, pero se encerró en la habitación y la niña fue con ella. Están allá desde hace como algunas dos horas— Contesto la mayor mientras picaba unos vegetales.

Jughead suspiro, sabiendo a lo que se enfrentaría. —Perfecto, gracias, Martha— Agradeció, apresurándose a subir las escaleras y llegar a la habitación.

Este llego hasta la habitación que comparte con su novia, y al llegar, no hizo ningún ruido y su novia no se dio cuenta de que el estaba ahí, de pie en la entrada de la habitación.

Betty estaba sentada sobre la cama, con su hija dormida en su regazo mientras le contaba historias de un libro infantil; Hace días que Jughead no la veía tan tranquila y unida a su pequeña hija.

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora