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Llego el sábado, y lo de la fiesta en la casa Cooper se había esparcido como pólvora; Muchos estudiantes universitarios compañeros de Betty, sus amigos más cercanos y las parejas de estos. Luces, tanto en el jardín como dentro de la casa, comida y bebidas, y, sobre todo, mucha música increíble que solo te daba ganas de bailar.

Todo estaba perfecto, pero la anfitriona de la fiesta no estaba en ningún lado.

—¡Esta fiesta es una locura! — Grito Cheryl, bailando muy pegada a Toni, con un trago en la mano.

—¡Estoy de acuerdo contigo! — Admitió Toni, dejando un pequeño beso sobre los labios de la pelirroja.

Archie suspiro, mirando a Jughead. —Seria de pelos si nuestras novias estuvieran aquí. Hasta Sweet pea y Reggie tienen compañía esta noche— Admitió, mirando a los mencionados.

Jughead miro hacia donde miraba su amigo el pelirrojo y vio a Sweet pea acompañado de aquella chica Jossie McCoy, y a Reggie acompañado de nadie mas ni nadie menos que Cora Carter; Parecía que la chica realmente había cambiado.

—Rayos... ¿Dónde estás Betts?— Se pregunto Jughead en voz baja, tomándose un trago.

La única que realmente sabia en donde estaba Betty, era Verónica; Esta subió las escaleras con una bolsa plástica en sus manos que contenía un paquete pequeño, y llego hasta el baño. La puerta estaba abierta y al entrar, vio a una Betty que estaba abrazada a sus piernas al lado del inodoro. No se veía nada bien, y Verónica lo sabía.

—Todos preguntan por ti allá abajo, Betty. Tu novio está muy preocupado— Le dijo, sentándose a su lado y acariciando su cabello. —¿Aun te sientes mal?

Betty la miro, y se notaba que había estado llorando y que estaba muy cansada. —Te juro que quiero matarme ahora mismo V. ¿Por qué estoy enferma en mi propia maldita fiesta? — Pregunto. —No he parado de vomitar por más de media hora—

Verónica suspiro, pasándole a Betty la bolsa plástica con el paquete. —El problema es que no creo que estes enferma, y por eso te traje esto—

Betty tomo la bolsa que le presto Verónica, y cuando saco el paquete, abrió los ojos como platos, con su respiración agitándose, asustada.

Era una prueba de embarazo.

—¿Qué es esto, Verónica? ¿Por qué me compraste esto? — Pregunto Betty, devolviéndole el paquete, asustada.

—Betty, sabes muy bien como se hacen los bebés, y algo me dice que tu y Jughead ya empezaron una vida sexual activa... ¿Oh no? — Pregunto Verónica.

Betty bajo la mirada, levemente sonrojada. —Tal vez lo hicimos un par de veces, pero siempre usamos condón y la vez que no lo usamos... me tome la pastilla del día después—

Verónica suspiro, mirándola. —Ahí puede estar el error. B, para tomar anticonceptivos tienes que ir al médico y ahí te dirán cual usar para que te funcione y no te haga daño. No puedes simplemente ir a la farmacia y comprar la primera pastilla que veas, es peligroso y no es seguro—

Betty asintió, aun sin mirarla. —¿Entonces estas diciendo que yo podría estar...?—

—¿Embarazada? Tal vez, pero no podemos sacar conclusiones sin que te hagas la prueba primero— Sugirió Verónica, pasándole otra vez el paquete.

Betty lo pensó, pero algo le decía que Verónica podría tener razón, aunque le diera mucho miedo; Tomo ese paquete y saco la prueba de embarazo, dispuesta a hacérsela, con el corazón a mil y con unos nervios tan altos que empezaba a sudar.

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora