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—Betty Cooper... puede que seamos algo diferentes por la edad y por la experiencia, pero no había conocido a una mujer como tú. Eres la persona de la que no me quisiera separar jamás— Aseguró el, besándola nuevamente.

Se besaron como si de eso dependiera su vida, pero esta vez ese beso encendio en ellos esa chispa... esa pasion que hizo que esta vez, ese beso fuera diferente. 

Se separaron, pero mantuvieron ese contacto visual como si tuvieran lo mas hermoso y maravilloso frente a ellos, porque asi lo consideraban. 

—¿Y ahora que hacemos?— Pregunto la rubia, con su mirada vinculada a la de el. 

—Si no se te ocurre nada... podemos dar una vuelta o volver al hotel— Sugirio el pelinegro acariciando su rostro. 

—¿Es una broma? Estamos en Roma. Hay demasiados monumentos y calles hermosas que podemos recorrer— Contesto, emocionada. 

Jughead sonrio y beso dulcemente los labios de Betty. —De acuerdo, entonces exploremos Roma. Solo dejame avisarle a los chicos— Pidio, sacando su celular para poner un mensaje. 

Se tomaron de las manos y asi empezaron a caminar las bellas calles de la capital italiana, visitando los lugares y los monumentos mas importantes, juntos; Eso era lo que les importaba, estar juntos. 

—Espera nena— Aviso Jughead, sacando su pequeña camara del bolsillo. —Dejame tomarte una foto. Estas hermosisima y frente a esa fuente te ves aun mas hermosa— 

Betty sonrio, sonrojada, y poso para la camara frente a aquella fuente de agua en la que estaba, y lo que notaba era la manera en la que el la miraba; Amaba la manera en la que el la miraba, porque la miraba como si fuera su mayor tesoro. 

—Dejame ver— Pidio la ojiverde, acercandose a Jughead y mirando en la camara las fotos que le habia tomado, con una sonrisa. —Me encantan— 

—Y a mi me encantas tu— Admitio el ojiazul, tomando el rostro de Betty entre sus manos y besando dulcemente sus labios.

Se besaron con chispa y con pasion,pero al separase, Jughead observo su reloj y abrio los ojos como platos. —Nena, es tarde. No quiero que estemos tan tarde en la calle. ¿Nos vamos?

Betty suspiro, acariciando la mejilla del pelinegro. —Si, vamonos. ¿Buscamos a los chicos?

—Los chicos estan muy ocupados. No arruinemos su diversion. Llamemos a un taxi y yo les aviso a los chicos que ya nos fuimos— Contesto Jughead, besando su frente. 

Betty sonrio mientras el chico marcaba al numero del taxi hasta que este llego y ambos subieron, juntos, abrazados hasta que llegaron al hotel; Ya no habian tantas personas, porque ya iban a dar las tres de la madrugada. 

Betty y Jughead subieron al ascensor hasta que llegaron al piso de sus habitaciones, y en el pasillo se abrazaron. 

—Pasa buenas noches, hermosa— Dijo Jughead, dejando repetidos besos en la cara de Betty, porque obviamente no queria despedirse. 

—Tambien tu y gracias por todo, Juggie— Agradecio Betty, dejando un pequeño beso sobre los labios del ojiazul. 

Jughead la abrazo y la beso por ultima vez para entonces soltarla y dejarla ir a su habitacion, tratando de no mirarla, porque si la miraba no iba a ser capaz de irse. 

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora