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Ya el viernes, Betty y Jughead harían lo que acordaron; Irse todo un fin de semana a la montaña con su hija para estar un tiempo en familia y despejar sus mentes.

Jughead ya estaba frente al auto en el jardín ante su enorme casa, en espera de su chica y su hija con una camiseta azul claro y sus gafas de sol puestas. Tenía minutos ahí abajo esperando mientras Betty y Lili se despedían de Martha.

—¡Las espero chicas!— Aviso Jughead, desesperado.

—¡Ya vamos Jug!— Le aviso Betty a su novio mientras salía de casa con su pequeña tomada de manos.

¡Vámonos papi!— Pidió Lili, corriendo hacia su padre, emocionada.

Jughead sonrió y se agacho hasta quedar a su altura para llenarle la cara de besos. —Papi ama muchísimo a su niña. Ahora sube al auto mientras mami llega— Le dijo, poniéndose de pie y abriéndole la puerta trasera del auto a su hija.

También le abrió la puerta del auto a Betty junto a un tierno beso en la mejilla, y luego subió el para empezar a conducir a la cabaña en las montañas, lanzándose miradas con su novia al lado, de copiloto.

Lili estaba atrás, en su asiento mientras señalaba todo lo que veía en el camino, contenta, y sus padres iban adelante, Jughead en el volante y Betty a su lado, mirándolo, y él le lanzaba breves miradas coquetas.

Así se fueron en silencio en el auto hasta la cabaña en las montañas para reconectarse como familia y como pareja; Lo necesitaban, y lo sabían.

 —¡Casa! ¡Casa!— Exclamo Lili, señalando la cabaña, contenta.

—Así es, mi vida. Ya llegamos y nos vamos a divertir mucho este fin de semana— Aseguro Betty, mirando a su hija con una sonrisa.

—Ya llegamos muñecas— Aviso el ojiazul, estacionando el auto frente a la cabaña.

Al llegar, los tres bajaron del auto y tomados de las manos entraron a la cabaña y se quedaron en el balcón, admirando el paisaje, Betty y Jughead con la niña en medio de los dos.

—Mami, papi... jugar— Pidió Lili, señalando el jardín.

—Ve a jugar, pero no te alejes mucho— Advirtió Betty, besando su frente. —Te amo bebita—

—Espera, el clima esta muy fresco— Dijo Jughead, tomando un pequeño gorro del bolso que estaba a su lado y colocándoselo a su hija, para luego besar su frente. —Ahora sí, pero deberías ponerte un abrigo, no quiero que te enfermes—

—Ven aquí, cariño— Le hablo Betty a la niña, tomando un abrigo y poniéndoselo. —Ahora sí, ve a jugar un rato mi amor—

Lili chillo, feliz, y corrió al jardín para lanzarse por la resbaladilla y rebotar en el trampolín, muy contenta. Era una niña llena de energía y curiosidad por todo, y eso hacia felices a sus padres.

—Mírala, le gusta mucho estar aquí. Hay que traerla más seguido— Admitió la rubia, viendo a su hija, feliz.

Jughead sonrió y miro a su novia. —Es bueno que la pase bien. Aquí fue donde la concebimos—

—¡Jug!— Lo regaño Betty, sonrojada, tomando aire. —¿Sabes? Vamos a jugar con ella en el trampolín—

—Amor... estoy viejo para esto— Se negó, acercándose mas a ella y dejando varios besos en su rostro.

—Claro que no, tienes veintisiete, no es mucho. Juggie por favor... se supone que vinimos aquí para reconectarnos como familia. Hace mucho que no tenemos tiempo de calidad con nuestra hija. Crecen muy rápido y el día de mañana te vas a lamentar por no haberla aprovechado cuando estaba así, pequeña y tierna— Le advirtió Betty a su novio, poniéndole ojitos.

Jughead la miro y suspiro, dejando un tierno beso en sus labios. —Tienes razón, hermosa. El día de mañana será una adolescente y me va a odiar. Vamos a jugar con nuestra bebé, pero abrígate tú también para que no vallas a enfermarte— Advirtió, volviendo a besar sus labios.

Betty sonrió y se abrigo, como le pidió su novio, y así ambos fueron con su hija y empezaron a saltar en el trampolín con ella; Fue mejor de lo que pensaron y se estaban divirtiendo, y Lili disfrutaba tener toda la atención de sus dos padres al fin.

Saltaron, corrieron, rieron y jugaron con Lili casi toda la tarde y se tomaron muchas fotos divertidas con su hija, consintiéndola hasta mas no poder y llenándola del amor que no le habían dado en varias semanas. La estaban pasando mejor que nunca y reían tanto que el estomago les llego a doler.

 Finalmente terminaron tan cansados que se quedaron acostados sobre el trampolín, los tres juntos, Betty y Jughead con su pequeña en medio de ellos.

—Mami, papi... sueño— Dijo Lili, bostezando y abrazándose a su padre, cansada.

—Vamos adentro mi vida, ya jugamos mucho hoy— Contesto Jughead, bajándose del trampolín y tomando a su hija en brazos, mirando a Betty. —Mi amor, vamos a pedir pizza y también jugo de manzana, vamos—

Betty asintió, también cansada, y junto a su novio e hija entro a la casa; Jughead pidió la pizza y los tres se la comieron mientras veían la tv, pero Lili ya había agotado todas sus energías y Jughead fue quien la llevo a la habitación.

El fue hasta aquella habitación y dejo a su hija sobre la cama. La arropo y dejo un pequeño beso sobre su cabecita y se quedó admirándola unos minutos. Había disfrutado el pasar el día junto a su pequeña y su novia y quería que fuera así mas seguido.

—Buenas noches princesita hermosa, te amo— Susurro Jughead, dejando otro beso en la cabecita de su hija.

—Vámonos o la vamos a despertar— Advirtió Betty en voz baja, acercándose a Jughead y besando su mejilla.

Jughead asintió y ambos salieron de la habitación en la que dormía la niña, pero Jughead detuvo a Betty a mitad del pasillo, tomándola de la mano, agarrándola de la cintura y besándola con pasión y cariño.

Betty se separo y sonrió, aun con los ojos cerrados. —¿Por qué fue eso?— Pregunto en voz baja.

Jughead sonrió, besándola nuevamente para luego separarse y mirarla a los ojos. —Porque quiero decirte algo, pero antes... bañémonos juntos— Propuso.








 

La diversion para los adultos esta por empezar 👀😏

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Samy 

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora