•Mi Corazón Es Tuyo•

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Después de esa reunión entre los Jones y los Cooper, lo que se decidió es que Jughead y Betty tendrían a su bebé y sus familias solo los apoyarían en lo que pudieran.

El que no estaba para nada contento era Charles; Ayer se había ido sin decir nada y nadie lo volvió a ver.

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Al día siguiente, temprano, Charles tenia la mente mas despejada y fue a casa de su madre para conversar con su hermana menor. Tenia la esperanza de que ella aun no se hubiese ido a la universidad.

Toco la puerta, pero no obtuvo respuesta hasta después de cinco minutos tocando insistentemente.

—Oh cariño, hola— Saludo Alice, abriéndole la puerta a su hijo. —Perdona por dejarte tocando la puerta afuera. Tu hermana... bueno... no ha parado de vomitar desde abrió los ojos y le dije que no fuera a la universidad. Ya hablé con sus maestros y con el rector—

—¿En la universidad ya saben del embarazo de Betty? — Pregunto Charles, entrando a la casa junto a su madre.

—No, en cuanto tu hermana se sienta mejor iremos las dos personalmente a hablar con el rector y llegaremos a un acuerdo, estoy segura— Aseguro Alice. —¿No tienes hambre, cariño?—

—No, solo vine a ver a Betty. ¿Esta en su habitación? ¿Oh acaso esta viva?— Pregunto Charles, divertido.

—Nene, deja de bromear con algo así. Le dije a tu hermana que ese embarazo la iba a matar y no me hizo caso. Ve a verla, a lo mejor la convences— Supuso Alice, cruzando los brazos.

Charles soltó una pequeña risa y subió al cuarto de Betty. La puerta estaba entreabierta y cuando el entro, la vio echa bolita en la cama y no se veía nada bien.

—Buenos días pequeño insecto— Saludo Charles a su hermana, entrando a su habitación y sentándose al borde de la cama.

—Charlie...— Murmuro Betty, sentándose sobre la cama y mirando a su hermano. —¿Qué haces aquí? —

—Vine a verte, moribunda. Quería saber si estabas aun con vida— Contesto el rubio, acariciando la mejilla de su hermana menor. —Vine a hablar contigo de parte de mamá en nombre de todos los que te amamos—

—¿Hablar de qué?— Pregunto Betty, extrañada.

 —De tu embarazo, hermanita. Tu sabes muy bien que quedarte con ese bebé seria suicida. Queremos que pienses muy bien en lo que vas a hacer y reconsideres tu decisión. No queremos que mueras, Betty. Solo mírate— Aconsejo Charles.

—¿¡Por qué todos están en contra de mi bebé!? ¡Todos quieren que mate a mi bebé, pero eso no va a pasar! ¡Ya les dije que lo voy a tener! — Grito Betty, enojada.

—Lo se pequeña, lo sé, pero relájate. Lo único que te estamos pidiendo es que lo pienses y ya, no te obligaremos a matar a tu bebé, a mi sobrino o sobrina— Aclaro Charles.

Betty empezó a llorar, abrazando al rubio. —Charlie... te extraño tanto hermanito... no sabes lo mal que me siento—

—Lo se insecto, lo se. Soy tu hermano y aquí estaré para cuidarte siempre, tranquila. Relájate niña, te quiero mucho— Contesto Charles, abrazándola y besando su cabeza.

Se quedaron un par de minutos ahí, abrazados. Charles sabia que su hermanita necesitaría aun mas apoyo que nunca, y estaba mas que dispuesto a darle ese apoyo.