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Jughead suspiro, posando una mano en su mejilla. —Se que esto no está bien, pero no ganaras nada si te alteras. Solo te harás mucho daño a ti y al bebé y tú lo sabes. Primero tranquilízate y te aseguro que si tenemos la cabeza fría vamos a poder salir adelante. ¿Sí? Ahora te llevare a casa para que descanses. ¿De acuerdo?—

Betty asintió, limpiándose las lágrimas. —Esta bien, vámonos. Pero... ¿Qué voy a hacer con todo esto? — Pregunto, mostrando todos los papeles y las pastillas que le acababan de dar. —Si mi mamá ve todo esto, estoy frita—

—Bueno, guarda todo eso en tu mochila mientras tanto y ocúltala hasta que consigas en donde esconder todo eso. ¿Sabes? Tu madre se va a enterar tarde o temprano. ¿Cuándo le dirás? Decidiste continuar el embarazo, aunque eso sea suicida. Tienes que decirle y no quiero que te descuides con tus vitaminas. También me gustaría que reconsideres la decisión que tomaste— Sugirió Jughead, preocupado.

 —¿Reconsiderar la decisión que tome? ¿A que te refieres? — Pregunto la rubia, mirándolo.

Jughead tomo aire, mirándola y poniendo una mano sobre la suya. —¿Te das cuenta de que estas poniendo tu vida en riesgo al querer tener al bebé? —

—Si, Jughead, lo se. Pero no se por que me dices esto, pensé que me apoyabas en la decisión que tomara— Respondió Betty, confundida.

—Pero yo si te apoyo mi amor. Solo quiero que lo reconsideres y lo pienses un poco. ¿Sí? Igual voy a ayudarte y te voy a apoyar. Es lo menos que puedo hacer en este momento— Aclaro el ojiazul, encendiendo el auto. —Vámonos. Si aun no vas a decirle a tu madre, trata de ser lo mas cuidadosa posible para que no se de cuenta. ¿Entendido? Tu y yo nunca estuvimos aquí. Tú y yo estábamos en un paseo romántico—

 Betty asintió. —Un paseo romántico, está bien, lo tengo. Vámonos—

Jughead empezó a conducir a casa de su novia y el silencio era insoportable. Igual no tenían ganas de hablar. Oficialmente serian padres y había demasiado en juego porque Betty decidió tener a su bebé. Todavía no sabían que iban a hacer y como se iban a organizar de ahora en adelante.

Finalmente, el ojiazul llego a casa de su novia y estaciono el auto, pero quería decirle algo antes de despedirse.

—Recuerda lo que te dije nena. Te voy a escribir en un rato y si ocurre cualquier cosa solo llámame o déjame un mensaje mi vida. ¿Sí? Te amo— Dijo Jughead, dejando un tierno y delicado beso en los labios de la ojiverde.

 Betty sonrió, devolviéndole el beso. —Te amo Juggie. Hasta pronto—

—Claro, no olvides la próxima cita, te amo hermosa— Repitió, besando su frente.

—Adiós guapo, te amo y me voy ahora porque si no lo hago, no podre hacerlo— Admitió, divertida, abriendo la puerta del auto para bajar.

Jughead sonrió y la vio bajar del auto e ir a su casa, y el no se fue hasta ver que ella entrara sana y salva a su hogar. Una vez que la vio entrar, entonces se fue; Si algo era cierto, es que temía demasiado por la vida de su novia. Betty prefirió poner su vida en riesgo antes de abortar a su bebé.

Mientras tanto, la rubia entro a su casa y se encontró con su madre y su hermano mayor, ambos jugando Monopolio en el piso de la sala de estar.

—Mi amor, ya llegaste. Ven a jugar con nosotros cariño— Le pidió Alice, mirándola con una sonrisa.

—No gracias, mamá. Estoy muy cansada. Iré a tomar un baño y dormiré hasta mañana, creo— Respondió Betty, sonriéndole a ella y a su hermano mayor. —Hola Charlie—

—Entiendo que estes muy cansada hermanita. Jughead cansa a cualquiera, pero solo espero que él no te haya cansado haciendo otras... cosas— Dijo Charles, mirando a su hermana con una ceja alzada.

—¡Charles! — Se quejo Betty, sonrojada. —No me gustan esos chistes. ¿Sabes qué? Me voy a bañar y dormiré hasta mañana— Aviso, dirigiéndose a las escaleras.

—Deja de molestar a tu hermana Charles. Mejor consíguete una novia— Lo regaño Alice, mirándolo a él y luego la dirección a la que se había ido su hija. —¡¿No tienes hambre linda?! —

—¡No! — Grito Betty, ya desde su habitación.

Esta se desvistió para meterse bajo la ducha y tomar un relajante baño de agua caliente, y tomarse un tiempo para pensar en lo que paso el día de hoy.

Ella sabia que estaba poniendo en riesgo su vida al querer tener al bebé, pero no le importaba; Quería tener a su bebé como fuera. ¿Ya amaba a su bebé? No lo sabía, pero quería protegerlo de lo que fuera.

Se le había pasado media hora en esa bañera, pensando, y después salió de ahí y se puso su pijama de gatitos morados para tirarse a su cama y dormir. Eso era todo lo que quería.

—¡Elizabeth Cooper!— Grito Alice desde la sala. —¡Ven aquí en este momento jovencita! —

Betty escucho a su madre y rodo los ojos, cubriéndose los oídos con una almohada. —¡Estoy cansada mamá!— Le grito.

—¡Eso no me importa! ¡Ven aquí ahora! — Exigió la mayor, y sonaba enojada.

Betty suspiro, levantándose de la cama, dispuesta a ir a ver que quería su madre ahora. —¿Y ahora que hice? — Se pregunto en voz baja.

Ella salió de su habitación, bajo las escaleras y al llegar a la sala, no le gusto lo que vio; Su madre estaba ahí, mirándola fijamente, con las mejillas empapadas de lagrimas y un papel en mano, incluso sus manos temblaban.

 Y Charles, por otro lado, estaba sentado en el sofá, mirándolas a ambas; Parecía que no sabia lo que estaba pasando.

—¿Qué tienes, mamá? ¿Por qué estas así? — Pregunto Betty, mirando a su madre, algo asustada.

Alice suspiro, para calmarse, y se le acerco a Betty con esa hoja de papel en mano. —Creo que se te cayo esto, cariño—

Betty tomo aquella hoja, confundida, y cuando noto que era una de las hojas que le dieron hoy en el hospital, su corazón se detuvo por un momento.

—Betty... si estas embarazada será mejor que me lo digas ahora— Pidió Alice, enojada, dolida y con la voz entrecortada.









Esto se va a prender

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Esto se va a prender... 






Samy 

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora