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El no pudo concentrarse en lo que le restaba del trabajo y no podía esperar a llegar a casa con sus hijos, y hablar con su novia.

Las horas para el pasaron mas lento de lo normal hasta que vio el reloj y supo que ahora volvería a casa, vería a sus hijos y hablaría con su novia, y con algo de suerte se reconciliarían con sexo salvaje esta noche.

Cuando iba saliendo de su oficina, se topo con Cheryl, y la pelirroja no se veía feliz.

—Mira... si quieres hablar conmigo hazlo después, no estoy de humor— Dijo Jughead, dándole la espalda a Cheryl.

—Oh no estúpido— Contesto Cheryl, tomando al ojiazul de la mano, deteniéndolo. —¿Tu actitud de imbécil tiene que ver con que Betty saliera llorando de aquí?—

Jughead la miro, preocupado. —¿Betty? ¿Cuándo la viste?—

—La vi cuando salió de tu oficina y estaba llorando, idiota. ¿Qué le hiciste? Eso fue hace como dos horas, seguro ya esta en casa. Ve y arregla las cosas con ella— Exigió Cheryl, mirándolo mal.

Jughead suspiro, pasándose una mano sobre su cabello alborotado. —Mira... use un tono de voz con ella que no fue el adecuado, pero me arrepiento... ¿Sí? Necesito hablar con ella lo antes posible. Adiós Cher— Se despidió, besando su mejilla para apresurarse a tomar al ascensor.

—¡Te matare si no te disculpas con ella!— Advirtió Cheryl, viendo a su amigo tomar el ascensor.

Jughead tomo el ascensor, bajo al último piso y salió del edificio a toda prisa para luego entrar al auto y conducir a casa; No aguantaba estar así con su chica.

Llego a casa, bajo del auto y corrió al interior de su casa. Antes de llegar a la sala, podía escuchar las risas y los gritos alegres de sus hijos, y eso hacia que se sintiera feliz, pleno, sabiendo que eso significaba que tenia dos hijos muy sanos y felices.

Al llegar por fin a la sala, vio a Martha jugar con Lili mientras sostenía a Tyler y sonrió. —¿Extrañaron mucho a papi, niños?— Pregunto, acercándose a Martha y tomando en sus brazos al bebé de tres meses.

Lili miro a Jughead y sus ojos se abrieron como platos con una gran sonrisa. —¡Papi! ¡Papi! ¡Papi!— Chillo, abrazándolo.

Jughead sonrió, levantando a su hija mientras también sostenía al bebé, y empezó a llenarlos de besos a ambos. —Niños... los amo tanto... también los extrañe—

Sus hijos siempre lo recibían a el y a Betty como si no los hubiesen visto en mucho tiempo, y esa era la mejor parte del día; Llegar, encontrar a una adorable niña de tres años y un hermoso bebé de tres meses que los llenaran de amor.

 —Marthita... ¿Has visto a mi chica?— Le pregunto Jughead a la mayor mientras bajaba a Lili y se quedaba con Tyler en brazos.

Martha suspiro y negó, preocupada. —Pensé que la señorita vendría con usted—

—Pero Betty salió de mi oficina hace tres horas y pensé que había regresado a casa. No estaba en la empresa— Dijo Jughead, ya preocupado. —La trate mal, tal vez se fue con alguna de sus amigas o esta con su hermano o su madre—

—O puede estar con su hermana o con sus padres, señor. Hay algo que no me cuadra— Admitió Martha, preocupada. —Elizabeth siempre viene a ver a los niños antes de salir o sale con ellos. ¿No ha llamado? ¿Ningún mensaje?—

—No, nada. Martha, enserio la trate mal, le grite. Tal vez esta enojada conmigo y se fue por ahí, no se. La voy a llamar y si no me responde, voy a llamar a Alice, a Charlie, a JB, a mis padres, a sus amigos o los míos. Llamare a quien tenga que llamar, pero mi novia tiene que aparecer— Sentencio Jughead, nervioso.

—Jughead... no se altere. Elizabeth no desaparecería así, de repente. Para ella, nada importa mas que estos preciosos niños. Debe estar en alguna parte— Aseguro la mayor, sonriéndole al chico.

Las horas se iban, y Betty no aparecía; La noche cayo y Jughead estaba desesperado. No había tenido noticia alguna de su novia, ella no respondía los mensajes, las llamadas... y el chico se había encargado de llamar a su familia y amigos para averiguar si Betty estaba con alguno de ellos, pero no estaba en ningún lado.

—¿Tampoco esta contigo? Maldición...— Dijo Jughead, hablando por teléfono. —No, es que llame a todos los que podrían estar con Betty y ella no está en ningún lado. No... no ha llegado a casa. Te juro que estoy preocupándome. Esta bien, gracias de todos modos, te llamare si averiguo algo o si ella vuelve— Colgó y suspiro, pasándose una mano sobre el cabello.

 —¿La señorita Topaz tampoco sabe?— Le pregunto Martha al ojiazul, acercándose con Tyler llorando en sus brazos.

—No, ya he llamado a todos y nadie sabe en donde esta— Contesto Jughead, acercándose a Martha y tomando a Tyler en sus brazos, besando su mejilla. —Ya, bebé. ¿Qué pasa?—

—Papi...— Hablo Lili, acercándose a Jughead con las mejillas empapadas de lágrimas.

—Oh mi niña...— Contesto el pelinegro, agachándose hasta quedar a su altura mientras aun sostenía al bebé, que lloraba en sus brazos. —¿Por qué esta llorando mi dulce princesita?— Pregunto, limpiando sus lagrimas con su mano libre.

—Mami...— Contesto, abrazando a su padre y hermanito. —Quiero a mami— Sollozo.

Jughead beso la cabecita de su hija y la tomo de la mano, guiándola al sofá en donde el se sentó con sus dos hijos en su regazo, abrazándolos mientras estos lloraban.

Claramente les hacia falta su madre, y Jughead hacia lo posible por contener a sus niños y hacerse el fuerte, pero no era fácil. El no sabia en donde estaba, con quien estaba, que podría estar haciendo o como podría estar pasándola.

Tenia miedo, y mucho. Pero, sobre todo, se sentía mal por la manera en la que le hablo la ultima vez que la vio.

—Jughead... los niños están muy inquietos y extrañan mucho a su madre. ¿No quiere que le ayude?— Le pregunto Martha, acercándose.

Jughead la miro y negó, con los ojos cristalizados. —Esta bien, ellos necesitan a su papá ahora—







 

Oh no... ¿Donde estara nuestra Betts? 😥





Samy 

•Mi Corazón Es Tuyo• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora