Capítulo 6

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Highly Emotional People - MARINA

I feel your pain 'cause I know life is hard.
But you can let go of the pain in your heart.

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Cuando Jennie se despertó de nuevo, sus ojos tardaron un momento en acostumbrarse a la luz nueva que ingresaba desde un tragaluz. Parpadeó un par de veces, tratando de que la ansiedad no le ganara al cuerpo cuando todo se volvía cada vez más claro.

No estaba en la jaula, ni en la enfermería en donde estuvo el último momento. De hecho, si no sintiera el pulso cardiaco tan fuerte en su pecho habría pensado que estaba muerta.

Tendría todo el sentido del mundo en que lo pensara, esa gitana se había cernido sobre su cuerpo y le cortó la respiración con toda intención. Todavía recordaba las dos esferas azules que la observaban mientras los últimos segundos de su vida se derretían en sus dedos.

Quería asesinarla, estaba completamente segura. Pero por alguna razón seguía viva, y Jennie no sabía si sentirse aliviada o molesta por seguir allí.

Lo que sabía es que:

1. Todavía respiraba.

2. Lisa estaba completamente desquiciada.

3. Estaba en un cuarto nuevo, con sabanas y colchas blancas bastante cómodas.

En sus manos habían unas esposas, unidas entre sí. Pudo notar que estaban a su vez pegadas a una cadena de hierro en la cama. Ya no estaba la vena con el coctel de drogas en su brazo y por lo visto su cuerpo recuperó un poco de vitalidad porque ya no sentía que podría desmayarse en cualquier instante.

La idiota captora la había salvado... Para después intentar matarla... Para después salvarla de nuevo y cambiarla de sitio.

¿Qué lógica tenía ese pensamiento? Sí las cosas seguían ese curso, Jennie perdería la cabeza en cualquier momento.

Eran hechos que no podía cambiar de todas formas, por lo que se detuvo a mirar alrededor para descifrar un poco todo. Era una habitación de tamaño mediano, había una repisa con libros que parecían no haber sido tocados en siglos, al costado de la cama matrimonial habían dos mesas de noche e incluso en la pared izquierda había una pequeña ventana.

Sin embargo, la ventana tenía barrotes y una cortina negra que estaba por fuera. Por lo que Jennie concluyó de que se trataba de una jaula más cómoda en forma de habitación.

¿Y este nuevo privilegio a qué se debía? Incluso la puerta del rincón izquierdo parecía ser la entrada a un baño.

Eso lo intuyó porque la puerta principal se había abierto en ese instante, dejando a la vista una figura que transformó sus pelos en punta.

Estaba de pie allí, con vaqueros oscuros y una camiseta negra que se pegaba a su cuerpo. Su cabello estaba recogido en una coleta desordenada y el flequillo casi rozandole los ojos. Jennie pensó que necesitaba un corte de pelo si no quería perder la visión dentro de poco, aunque lo desordenado del mismo le daba un aire salvaje que le cortaría la respiración a cualquiera.

Lisa ladeó la cabeza mirandola, como si se tratara de una caricatura tratando de comprender una escena.

—Te ha vuelto el color a la cara. —Señaló la gitana mientras cerraba la puerta.

Y como si fuera un acto automático, las mejillas de Jennie se llenaron de rubor.

—No tuve mucha opción respecto a eso. —Masculló entre dientes.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora