Capítulo 17

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Por nada lloro - Remedios Amaya

Cuando me enamoro
no sé que me pasa
que por nada lloro

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Jennie estaba sentada en la silla del escritorio de Yeri, como era usual cuando estaba en el cuarto de la joven gitana.

Llevaba gran parte de la tarde allí, mirando como Nayeon y Yeri revoloteaban entre el desastre de prendas que tenía cada una en su cama. Sí, había llegado el momento de vestirse para el gran evento, una fiesta sin igual. El cumpleaños de Rosé.

Sí bien, Jennie estaba acostumbrada a ir a cumpleaños normales y hasta cierto punto oficiales por medio de la corona, lo cierto es que la preparación para este en específico era diferente. Existía un ambiente de ánimo, y por más que todos tuvieran un día en especial cada año, no habían reuniones tan escandalosas como las que hacía la mujer ceniza.

—Es que le encanta su cumpleaños. —decía Nayeon, intentando explicar la emoción de ese día.— Y es una de las líderes, la única que le gusta celebrar en realidad. Con todo lo que está pasando afuera, muy poco quedan ganas de festejar por algo, aún sí es nuestro emblema más potente. Jisoo es casi tan desinteresada como Lisa en ello, por lo que si vamos a tirar la casa por la ventana mientras no haya una boda o un bautizo, sería en el onomástico de Rosé.

Nayeon tomó un vestido y lo apoyó en su pecho, como si intentara mirar cómo le quedaría. Yeri estaba más preocupada por saber sí el spray le hinchaba el pelo como Dios mandaba.

—No dura demasiado igual, sólo unos tres días de fiesta. —agregó Nayeon.

Jennie amplió los ojos con horror.

—¿Tres días? —repitió agudizando la voz.— ¿Y qué tanto hacen en tres días?

Yeri y Nayeon se rieron mientras se veían. Nayeon al parecer se decidió por el vestido azul que tenía en las manos porque había comenzado a desnudarse.

—Bailar, comer, reír, cantar y beber. Se tiene que celebrar la alegría de vivir. —respondió Yeri desde su sitio.

Jennie las miró a ambas, su cerebro todavía procesando el tema.

—Y eso que aún no has visto una boda gitana. —seguía diciendo Nayeon con una sonrisa jugando en sus labios. —Ésas sin son verdaderas fiestas, como mínimo siete días. Decidir compartir tu vida con alguien es importante y hay varios rituales que hay que tener en cuenta. —Nayeon suspiró de repente soñadora. —Espero que Jeongyeon me pida algún día.

—¿Te pida?

—Por lo general tu pareja pide permiso a tu familia para casarse contigo. Sí ellos dan el visto bueno se puede proceder con todo.

—Y en algunos casos le regalan a la familia de la novia joyas, obsequios y cosas de valor. Mientras más extravagante sea el regalo, mayor valor tendrá la propuesta. —Yeri se colocó de pie, mirándose al espejo y girando su cuerpo a los costados un poco para chequearse. Era un bonito vestido amarillo con detalles dorados. —Antes solía ser más frecuente, ahora no tanto. Cada familia tiene bienes y dinero ahorrado, todos trabajamos por ello de alguna forma, pero ya no lo tomamos tanto en cuenta dadas las circunstancias. Las tradiciones están evolucionando y la vanidad no debería ser un pilar para enlazar dos vidas.

Jennie asintió, satisfecha con la pequeña explicación sobre sus costumbres. Había leído sobre cosas parecidas, no directamente de los gitanos pero en la antigüedad sí era común ofrecer dinero para casarse con alguien. No compartía la idea de comprar el matrimonio, pero podía entenderlo.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora