Capítulo 8

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Heat Lightning - Mitski

And there's nothing I can do
Not much I can change
So, I give it up to you

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Esa misma tarde, Jennie estaba encerrada en su habitación de nuevo. Esta vez sin esposas, con una cámara de seguridad postrada en la esquina y la puerta cerrada con llave. Ah, y una mesa repleta de diferentes tipos de platos que la verdad no tenía mucha idea de lo que eran.

Uno sabía que era frijoles con arroz y... ¿Carne? Se veía extraño.

Después de un bocado podía asumir que era como pollo al curry y... El pan era medio raro. Pero había fruta, una rebanada de sandía y agua, tres botellas enteras de agua. Los cubiertos eran de plástico y estaba segura de que Lisa estuvo detrás de ello.

¿Qué creía? ¿Que se iba a pinchar las venas con el filo de un tenedor?

No estaba tan desquiciada para hacerlo, ese título se lo llevaba otra persona. Y en realidad, Jennie era medio tonta con la sangre. Es decir, al verla se ponía muy asqueada incluso si era de ella misma. No había forma de que se hiciera daño a consciencia si se sacara sangre porque probablemente se desmayaría de inmediato.

Sería patético.

Aparte, ya no estaba segura de que quisiera acabar con todo. Era cierto que repudiaba su vida anterior y que la actual no era mejor, pero tenía 24 años. Ya era hora de salir del caparazón que su padre pretendía que usara para siempre por ser su hija, bastantes problemas le había traído simplemente por compartir sangre con él.

El amor de padre que supuestamente tuvo que recibir a lo largo del tiempo no compensaba el hastío y el cansancio mental. No compensaba que la hubieran secuestrado para llegar a él y desde luego no valía la pena pasar el resto de su vida a expensas de lo que él decidiera.

Su madre era la hija menor del Duque de Cambridge. Obviamente su tío había sido ascendido a ese título cuando su abuelo había muerto pero incluso ahí, su madre tenía un peso por ser su hija. Antes de morir y sabiendo que tenía un embarazo riesgoso, Sunmi se tomó el tiempo de dejar un testamento con sus pertenencias hacia sus hijos.

Eso incluía una generosa herencia de la cual Jennie no había tocado ni un penique.

Al ser la única heredera, su padre había dejado ese dinero en un fideicomiso que podría retirar cuando cumpliera 21 años. Jennie solo había hecho mención una vez del mismo, pero su padre le calló de inmediato indicando que de todas formas estudiaría en el palacio y que no tenía que hacer uso de ese dinero todavía.

Oprimida por la orden directa, Jennie no hizo demasiado para pelear por ello y se sentó a recibir las cosas que el destino había preparado para ella. Estaba segura de que sería así por siempre y ahora que lo pensaba, se sentía tonta por no haber movido un dedo antes para tratar de arrebatarle la batuta a ese hombre que la había metido en todo ese lío.

Ahora era diferente.

Jennie conocía a su padre y sabía que era un hombre robusto en tema de sentimientos, pero más allá de eso, una nueva incógnita comenzó a hurgar en su mente. ¿Podría estar segura de que conocía sus valores como hombre, padre y cabeza de un país? ¿Podía poner las manos al fuego defendiendolo después de las insinuaciones que Lisa había dicho respecto a él?

Todas estas personas, escondidas en un sitio recóndito por miedo a la furia de Raewon. Toda esta gente oculta por un decreto que ni siquiera ella conocía.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora