Capítulo 15

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Art Exhibit - Young the Giant

Cause I'm on my back, on my back again
Words we had to describe the same feeling

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Esa misma noche, la joven trató de conciliar el sueño sin mucho éxito. Estuvo dando vueltas y vueltas sobre la cama y en algún punto volvió a "rozarse" de la misma forma que antes. Sentía su cuerpo en llamas una vez más, pero esta vez no haría caso a las exigencias que su vientre bajo estaba gritando.

Para entonces, Jennie se dio por vencida en tratar de ahuyentar a Lisa de su cabeza cuando estaba en esas circunstancias. Lo que se decía a si misma para contrarrestar la culpa era que la gitana estaba muy bien hecha y que era normal sentir atracción por personas... Bonitas.

Porque sí, Lisa lo era. Así que... Estaba bien, ¿verdad? No era la gran cosa, no tenía que tener un pensamiento mucho más profundo. Sí los tenía iba a ahogarse en el remordimiento.

Cuando su cuerpo efectivamente solicitaba un poco más del "roce malévolo", Jennie hizo algo inteligente. Se levantó y se tomó una ducha fría e ignoró las cosquillas que sentía en su vulva cuando enjabonaba sus pliegues. Lo hizo muy rápido y se vistió con la misma pijama antes de tirarse nuevamente en la cama.

Una hora después, seguía sin dormir.

Esos 60 minutos estuvo tirada mirando el techo, de nuevo maquinando tragedias y mordiendose el labio inferior con fuerza por la incertidumbre del paradero de Lisa.

En eso, la puerta sonó, pero no como si alguien la tocara. El sonido pasó cuando fue abierta directamente.

Jennie se sentó de golpe en la cama, abrazandose a la sábana y mirando la figura negra que estaba parada en la entrada de la puerta. El terror comenzó a agolparse sobre su pecho al mismo tiempo en que su pulso se disparó mientras trataba de descifrar de quién se trataba.

—¿Q-quién...

La figura estiró la mano y encendió la luz con su dedo índice.

Lisa estaba de pie, con un cortaviento negro que cubría su cuello y parte de su mandibula. Era de invierno y por las botas y su vestimenta, parecía que acababa de llegar de un sitio.

A pesar de que se trataba de su captora, Jennie respiró con tanto alivio que pensó que sus pulmones quedaron vacíos de aire. Su pulso cardiaco se calmó por unos segundos, hasta que Lisa cerró lentamente la puerta detrás de ella y se relamió los labios mientras la miraba de una forma extraña.

Jennie volvió a tener el corazón a mil con ello.

—¿Qué haces aquí? —Se arregló para preguntar.

Lisa no respondió de inmediato, sus ojos pasaron por cada rincón de la habitación como si buscara algo extraño en la misma. Jennie cambió las posiciones de los escasos muebles de la habitación al menos unas seis veces en los últimos cinco días por puro aburrimiento.

—¿No te gusta tu cuarto, Princesa?

La joven ignoró la sensación agradable infundada por su voz ronca y baja de siempre.

—Es adecuado.

La gitana rompió la máscara seria con una alzada de comisura.

—¿Adecuado para un secuestro? —Bromeó.

Jennie no respondió a su burla, viró los ojos con costumbre, algo que sacó una sonrisa de diente suelto de Lisa. La gitana caminó lentamente por la habitación, las puntas de sus dedos se pasaron por las paredes, la repisa de libros y cada uno de ellos y después el escritorio al lado de su cama.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora