Capítulo 24

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Blind - Placebo

I'd fill your every breath with meaning
And find a place we both could hide.
Don't go and leave me,
And please don't drive me blind.

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La puerta se cerró detrás de las gitanas, Lisa mirando la madera fijamente antes de arrastrar sus ojos con lentitud a la mujer del cabello ceniza.

Todavía seguía un poco aturdida por el orgasmo corto que azotó su cuerpo, pero la situación de los últimos cinco minutos había actuado como un cuchillo afilado y frío contra el positivismo. La visita inesperada trajo una pesantez en sus músculos y ahora solo estaba tratando de asimilar esas palabras.

—¿Qué? —preguntó en voz baja, con la idea de que probablemente había escuchado mal porque no había forma de que el gobierno acudiera a una decisión tan negligente.

No había forma de que el Primer Ministro pusiera en riesgo la vida de su hija con una amenaza tan audaz.

Rosé parecía igual de apenada que ella en explicarlo, de hecho, se sentó en frente del escritorio y dejó su bolso con utensilios en el suelo para hacer algo de tiempo. Claro que, conociendo a Lisa, no poseía demasiado margen de segundos para decir algo antes de que explotara.

—No está confirmado. —comenzó diciendo, buscando los ojos de la líder. —El hombre que tenemos adentro estuvo presente en una reunión, en la misma habían algunos directivos que estaban en parte bromeando y en parte hablando en serio. Eran personas con un alto rango, al nivel de que se codean con el mismo Ministro.

—Termina de hablar.

Lisa se acercó a su silla, tratando de mantener la calma. Rosé se tomó un momento para hablar de nuevo, consciente de que tenía dos dagas azules apuntando hacia ella.

—Nuestras exigencias fueron difundidas, una negociación que debía ser privada ahora está en la boca de cientos de ciudadanos. La prensa comenzó a presionar al gobierno, algunos canales de noticia están latigueando nuestro nombre y el de Raewon por siquiera sugerir que tengamos algo a cambio de este convenio. Dicen que por más que sea una tragedia el secuestro de Jennie, no vale lo suficientemente la pena para dejar de exterminarnos y mucho menos para cambiar la constitución. Los temas personales del Primer Ministro no conciernen a sus deberes laborales. —Rosé suspiró, de repente también un poco irritada. —Dentro del cuartel dicen las malas lenguas que el Primer Ministro no dará la orden de inhabilitar los campos y sí lo hace será un simple señuelo temporal hasta recuperar a Jennie. Y sí no pasa eso, Raewon Kim no va a ceder el poder... Ni siquiera por su hija.

Estoica, la gitana apoyó su quijada de sus dedos entrelazados. La rabia comenzaba a burbujear como sí hubieran lanzado una roca de lava contra su cabeza.

Por más que fueran simples rumores, era algo que Lisa también había previsto en algún punto dentro de su mente.

¿Qué pasaba sí el gobierno accedía a un supuesto acuerdo y a la primera oportunidad los arrestaban por crímenes anteriores?

Esa duda estaba desde mucho antes y era por eso que necesitaban una certidumbre en que serían amparados por la ley una vez que la negociación acabara. La reforma constitucional era la verdadera respuesta para conseguir ello. Sí el gobierno cambiaba la constitución de un país entero serían obligados a seguir las nuevas leyes del mismo.

Raewon y el parlamento entero tenían la obligación de obedecer esas cláusulas, si no lo hacían, uno a uno podían ser acusados de crímenes judiciales y podían meterse en un problema mayor una vez que cada uno terminara sus años de servicio.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora