Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]

T2 Capítulo 16

Art Deco - Lana del Rey

You're not mean,
you just want to be seen
Want to be wild

◦❀───────────────────❀◦

Jennie vio la pérdida de control en Lisa, los últimos vestigios filtrándose en sus ojos celestes.

Sabía que su relación con la gitana no se resumía en lo sexual, pero algo en su cuerpo latía con anticipación. Cuando estaba en la presencia de esa mujer era imposible no sucumbir al deseo de querer poseerla, y Lisa parecía tener la misma sensación que ella porque ahora la miraba como si fuera su cena preferida.

Y lo era.

La joven sonrió a sabiendas, dando un paso atrás al mismo tiempo que Lisa daba un paso adelante. Algo brillaba entre ellas, un juego delicioso que sabían en donde terminaría.

—Conozco esa mirada, ¿no deberíamos charlar un poco antes de hacer lo que quieras hacer? Tenemos literalmente un mes sin hablar como se debe.—preguntó Jennie con diversión. Era una completa tontería, sí Lisa decía que quería esperar no podría confiar ni en sí misma para no tocarla pronto. Sólo quería molestarla.

Lisa se rió entre dientes, señalándose el pantalón desabrochado.

—Tus acciones contradicen tus palabras, princesa.

Jennie siguió la línea de visión, la camiseta que tenía Lisa le quedaba al menos una talla más pequeña, su pecho y su abdomen se veían marcados debajo de la tela. La joven se relamió los labios con inconsciencia al ver el final de los tatuajes en su vientre bajo, el cual estaba desnudo porque Lisa no traía ropa interior.

No sabía de donde la había sacado, pero sospechaba que ni siquiera era de ella.

—Un baño, ¿no? —dijo Lisa con una sonrisa de chulería.—Vamos a ducharnos entonces y podemos hablar de lo que quieras.

Lisa señaló las escaleras, no se habían tomado el atrevimiento de explorar mucho más allá de la sala, pero cuando una urgencia carnal estaba interponiéndose en sus sentidos muy poco importaba la decoro. Jennie caminó hacia el lugar, escuchando como Lisa se sacaba los zapatos en el camino y la seguía también.

Caminaron en silencio, uno que estaba ensordeciendo los sentidos de ambas. Jennie se resistió en jadear cuando sintió la mano de Lisa abrazándola a su costado, el calor que salía de su cuerpo la hizo comenzar a sudar de inmediato. O quizás eran esos ojos, Jennie casi se tropezó cuando llegaron a una puerta por mirar el perfil de Lisa, pero la gitana la sujetó con fuerza contra su pecho.

Magnetismo, era lo único que podía definir el modo en que su cuerpo reaccionaba ante el toque de Lisa.

Sus papilas gustativas se activaron como sí pudiera saborearla, los ojos de Lisa brillaron con algo maligno mientras se inclinaba otra vez con intenciones de besarla pero en una risa Jennie se volvió a soltar.

—¿Qué tal la cárcel? —consultó con la voz animada.—¿Por qué estaba un hombre muerto a tu costado cuando entré a buscarte?

Lisa negó con la cabeza en una sonrisa.

—Oh, Joe. Un desgraciado hijo de puta.