Capítulo 28

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Sleeping With Ghosts - Placebo

Damn the government
Damn the killing
Damn the lies
Hush
It's okay
Dry your eyes
Soulmate dry your eyes

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El shock se reflejó en los ojos oscuros de Jennie, no podía reconocer sí se trataba por el nombramiento de una hermana o el hecho de que la había perdido... O probablemente una mezcla de ambas cosas.

La joven se quedó en su sitio abofeteada con la información, tratando de averiguar algo de las emociones de Lisa en sus propios ojos, pero los azules estaban tan afilados que Jennie tenía miedo de cortarse sí preguntaba algo inapropiado. Por la forma en la que el propio cuerpo de la gitana parecía estar endurecido, sabía que estaban justo ahora encima de un campo minado.

Pero sí Lisa lo sacó a colación era por el chance de que Jennie preguntara mucho más, aunque no se sentía bien del todo haciéndolo.

—¿Tenías una hermana? —preguntó de todas formas. Lisa bajó los ojos, sus pestañas largas parecían acariciar sus ojeras. —¿Está bien que pregunte acerca de esto?

La propia duda seguía en el semblante de Lisa, voluntariamente jamás hablaría del asunto. Sin embargo, Jennie le inspiraba un tipo de confianza y tranquilidad que no concebía tener con nadie.

Pasó los últimos dos días recriminando su salvaje forma de ser y el por qué tenía que ser tan bruta y descuidada siempre al momento de hablar o hacer las cosas. Antes no tenía que preocuparse por dañar a alguien en el proceso y confesaba haber usado ese modo de comunicarse a propósito en cosas negativas antes.

Cuando miró esos ojos confundidos y plagados de lágrimas después de haberla golpeado entre palabras, Lisa solo podía golpearse la cara a sí misma por dañarla. Sí hubiera tenido intenciones de dañar a Jennie antes lo habría hecho desde un inicio, pero esa capacidad nunca llegó y hacerlo involuntariamente era mucho más doloroso para sí misma.

Por eso quería hacer un esfuerzo en mejorar sus maneras y que Jennie comprendiera que en realidad ella también se frustraba con ello a veces. Y parte de eso era dejar que la conociera un poco más, aún sí era en vano dadas las circunstancias.

—Podemos seguir viendo la película si quieres. —susurró Jennie al ver que seguía aún perdida en sus pensamientos.

En realidad, solo estaba perdiéndose entre los gritos desgarrados, la sangre y el olor a pólvora. 

Obligó a que sus ojos se devolvieran a Jennie, sus cejas estaban fruncidas y Lisa pensó que era adorable y que era mejor mirar ese rostro que devolverse al humo grisáceo que dificultaba la vista en todo.

—Su nombre era Chiquita, tenía 6 años cuando la perdí.

Jennie bajó los hombros en derrota, no había escuchado una sola palabra del asunto y ya se sentía compadeciéndose de la mujer de casi dos metros que estaba acostada a su lado. Se obligó a mantener la compostura, alzándole una comisura a Lisa para darle el ánimo de seguir.

—Nací en Tailandia, yo no... Recuerdo el nombre del sector, pero era en una zona baja de la capital. —Lisa miró los ojos confundidos de Jennie, queriendo resoplar de risa y rabia por el modo tan efectivo en que habían borrado el nombre de su propio país.— O al menos así se llamaba antes de que le pusieran el nombre de un número.

—Tailandia... —repitió Jennie en voz baja.— ¿Cuál es el número?

—Zona 45.

Fue Jennie la que cerró los ojos esta vez, recordando las obvias clases de geografía que había tenido. Sabía que antes existía un continente alterno llamado Asia, pero con la conquista de Gran Bretaña los 51 países correspondientes se unificaron y solo podían diferenciarse por números.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora