Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]

Capítulo 58

Juro que - Rosalía

Le tenía abrazao' en la cama
cuando llegó la policía.
Ni un beso pude darle de
despedía' .
Y eso me arde.

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Las palabras resonaban como un eco malicioso, burlándose de la pareja que solo tenía un par de segundos para reaccionar.

Pero todo se había detenido en el espacio y tiempo, almacenado como sí continuara siendo una especie de sueño extraño en el que las cosas iban mal. Jennie pensó que era de esa forma, que seguía soñando y que continuaba entre los brazos de Lisa. Dios sabía lo mucho que deseaba que fuera de esa forma.

Su cuerpo entero se congeló, como sí tuviera el lujo de hacerlo. Fue entonces que el ruido exterior se escuchó como una sacudida de realidad. El sonido de gritos, disparos y un alboroto enloquecido hicieron que terminara de asimilar los primeros cinco segundos y prestara atención a la pregunta que había hecho Lisa.

—¿Cuánto tiempo tenemos?

Ahyeon la miró con pesar.

—El equipo de contención está distrayéndolos mientras los que puedan escapan por el túnel subterráneo. Acaba de comenzar, he venido tan pronto como he podido. —Lisa la miró con insistencia para que continuara hablando.—Veinte minutos a lo mucho, tienen que salir ahora.

La gitana parecía imperturbable en todo el momento. Los engranajes rodando con furia en su cerebro mientras calculaba meticulosamente cómo invertiría el tiempo restante en sacarlas a ambas sanas y salvas sin dejar a nadie atrás.

Las incógnitas de cómo habían llegado a ese momento estaban presentes, pero era algo de lo cuál no podía hacerse cargo ahora. Por lo que optó por lo que sí podía hacer.

Entró al cuarto nuevamente, dejando que la joven ansiosa y su esposa estupefacta miraran sus movimientos. Se colocó de rodillas y sacó un bolso debajo de la cama.

El mismo poseía algunas prendas para ella y Jennie, dinero en efectivo, dos armas cargadas y más municiones. Estaba agradecida consigo misma de haber trasladado el dinero de Jennie a tres refugios de confianza en los cuales sabía que no robarían ni una libra. Todavía tenía una tajada importante de la fortuna en la caja fuerte de su oficina, pero era obvio que prescindiría de ella sí era necesario.

Jennie la miró con algo de impotencia, no sabía a ciencia cierta qué hacer ni como actuar. Quería mantenerse serena sin caer en el pánico, pero los disparos estaban comenzando a asustarla. Necesitaba instrucciones, se maldijo por no haber preguntado a mayor profundidad qué hacer en este tipo de situaciones.

Se sentía perdida y Lisa miró la desesperación en sus rasgos cuando se puso de pie.

—Vístete, princesa. Lo resolveremos, solo necesitamos ser rápidas. Tenemos un plan, no todo está perdido.

La joven decidió obedecerla, entró en el cuarto y comenzó a desvestirse sin importar que Ahyeon continuara allí. Se enfocó en ponerse un pantalón cómodo y unas zapatillas al mismo tiempo que Lisa replicaba su acción. La gitana se colocó una chaqueta y le extendió otra. Jennie la recibió con los dedos temblorosos.

Lisa la cogió por los hombros.

—Esto es lo que va a pasar. —dijo con calma.—Vamos a correr hacia el centro, bajaremos las escaleras hasta el criadero. Me vas a seguir en todo momento, no puedes detenerte por nada ni por nadie Jennie. Todos saben lo que tienen que hacer y todos iremos a un mismo sitio. Policía que miras, policía que matas. Mantente atenta y conmigo, no puedes detenerte allí afuera.