Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]

Capítulo 9

Por castigarme tan fuerte - ROSALÍA

La vida me vas quitando
Y yo en vez de aborrecerte
Más querer te voy tomando

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Rosé se hizo a un lado, mostrandole el pasillo vacío que las deparaba. Sus dientes brillaban en una sonrisa ladina mientras que Jennie todavía estaba asimilando una sugerencia tan extraña para su situación.

—¿Entonces? ¿Vienes o no?

Jennie se abrazó a si misma, de repente un poco tímida.

—¿Estás segura que... —La pregunta murió en su boca, dando un paso adelante con algo de ansiedad.— ¿Sabes lo qué estás haciendo?

La mujer ceniza se rió de nuevo por lo bajo.

—Dándote un respiro de esta habitación. —Murmuró dando un vistazo alrededor.— Pero si no quieres hacerlo, está bien.

La aludida mordió su labio inferior, mirando también el sitio.

No era que no tuviera la necesidad de salir de esas cuatro paredes, llevaba semanas sin ver la luz del sol y cada día su piel parecía más amarilla. Aunque, era un búnker, salir del cuarto no significaba saborear el sol pero desde luego era un aire diferente, era... Hacer exactamente lo que Lisa no quería que hiciera.

La tenía allí en contra de su voluntad, ¿y de repente su hermana sugería sacarla como si fuese una invitada cualquiera?

Rosé pareció ver la duda en sus ojos, por lo que apagó un poco su sonrisa y apoyó su hombro del marco de la puerta mientras la miraba.

—Sí te preocupa Lisa, no tienes que hacerlo. Yo me encargo.

—Estoy casi segura de que no va a estar feliz con que su prisionera salga a dar "un paseo".

—¿Y eso te importa porque...

Jennie se relamió los labios, regañándose a si misma por ser sumisa incluso con ella. Lisa era una persona horrible, no merecía su lealtad ni su simpatía. Ahora la sentía un poco por las personas a su alrededor, pero con Lisa era diferente. Realmente le caía mal, no tenía por qué ponerse a pensar en lo que ella pensaría.

Aparte, ya le dijo que no le haría daño y cualquier cosa podía echarle la culpa a Rosé tal como ella quería hacerlo.

—¿O sea que si te digo que me saques de este lugar en general podrías hacerlo? —Probó una pregunta arriesgada.

Como era obvio, Rosé se rió un poco con ello.

—No, que me caigas bien no quiere decir que no sepa la importancia de que permanezcas acá con nosotros. Pero, tenerte en esta habitación es un poco inhumano. Incluso sí vagaras sola por el búnker y encontraras una salida, no podrías ir muy lejos sin que uno de nuestros anillos de seguridad te detectara. Así que... —Rosé suspiró, de repente cansada por tener que explicarlo.— No intentes huir, no hagas nada estúpido y puedo hacer que tu estancia en este sitio sea agradable, Jennie.

Bueno, eso tenía un poco más de sentido. La dejaba salir porque no podía hacer demasiado mientras estuviera vigilada. Eso le hizo pensar en la ausencia de hombres custodiando los rincones del búnker. Sin embargo, las cámaras en cada esquina reemplazaban esto último.

Fuera a donde fuera aún sin tener a nadie cerca, Jennie era vigilada.

Inconscientemente miró la cámara en la esquina de su habitación. En total eran 4 en cada esquina y titilaban con una luz roja.