Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]

T2 Capítulo 17

Lover - Taylor Swift

And you'll save all your dirtiest jokes for me
And at every table, I'll save you a seat, lover

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La arena mojada se clavaba en la espalda de Jennie al mismo tiempo en que el miembro caliente entraba y salía.

Jennie gimió en un grito ahogado cuando Lisa volvió a morder la piel debajo de su oreja, el aliento suave acompañado de los sutiles jadeos creaban una sinfonía que incrementaba el calor de su cuerpo y al mismo tiempo su libido.

Ya había perdido la cuenta de las veces en las que se corrió ese día. Estaban haciendo exactamente lo que Jennie había exigido; recuperar el tiempo. Lisa la había tomado en la habitación unas dos veces, deshaciéndose dentro de ella hasta que sus estomagos exigieron alimento y Jennie terminó improvisando unos sandwiches con ingredientes que Chiquita había dejado en la cocina.

Lo cierto es que, a pesar de que comieron entre miraditas y charlaron un poco, apenas el último bocado entró a sus cuerpos se acercaron como leones queriendo devorar a una gacela. Jennie prácticamente se había trepado a la isla de la cocina mientras Lisa la atajaba y la aprisionaba contra su cuerpo. Menos mal que ni siquiera se tomaron la molestia de vestirse antes porque eso facilitó que la gitana entrara en ella con rapidez.

Los gritos, los arañazos y los golpes de éxtasis eran parte del frenesí incontenible. Sus cuerpos se amoldaron a cada rincón del sitio. En el sofá principal, contra la pared, en cuatro sobre el balcón y mirando al mar, en el mar, y ahora en la arena. Lisa martillaba su vientre con constancia, chocándolo con el suyo a una velocidad que a Jennie estaba haciéndola casi babear.

El sol brillaba con fuerza, quemando la espalda sudada de Lisa y las mejillas rojas de Jennie, pero no había forma alguna de que pudieran separarse de la otra. Jennie llevó sus manos a las nalgas de Lisa para apretarlas y al mismo tiempo incentivar las embestidas. Era delicioso, inconscientemente de su boca salía el nombre de la gitana como sí estuviera rezándola.

—Te amo. —le decía Lisa al oído, con la voz entrecortada, delirando con el agujero que la apresaba deliciosamente. Se alzó solo para buscar los ojos de Jennie, era adicta a su mirada de gato manso y al modo en que se veían un poco sus dientes delanteros cada vez que gemía. La sola vista incrementó considerablemente el placer, Lisa podría llorar en ese instante de solo verla.—Te amo. —repitió.

Jennie la acercó por la nuca para besarla, un movimiento de labios que sabía a sal y cariño. No podía tener suficiente, era todo lo que necesitaba. Estar en ese sitio o en cualquiera, en una mansión o debajo de un puente, siempre y cuando estuviera Lisa allí las banalidades mundanas no cobraban ninguna importancia.

Lisa gruñó en los últimos bombeos, decidiendo apoyarse de sus rodillas para ver su mujer un poco mejor en el punto final. Adoraba la mueca de placer que se apoderaba de Jennie cuando el orgasmo golpeaba. La gitana llevó su pulgar para frotarlo lentamente en círculos sobre su clítoris, para a este punto el coño de Jennie no solo estaba excesivamente mojado sino que también había tomado una tonalidad rosada por el uso excesivo. Lisa aumentó el movimiento de su dedo mientras su polla entraba y salía brillosa una y otra vez.

Adoraba mirarlo y sobretodo a Jennie, desinhibida, con sus hermosos senos erectos y moviéndose cada vez que empujaba su cadera hacia adelante y se hundía por completo en ella. Lisa no necesitaba demasiado para correrse con esa simple imagen, podría correrse incluso con una simple palabra de Jennie. Era una completa campeona por solo soportar más de un minuto sin sucumbir ante el éxtasis.