Capítulo 34 - Extra Chaesoo

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Heaven - Depeche Mode

I stand in golden rays
Radiantly
I burn a fire of love
Over and over

(Este extra de Chaesoo
no influye en la trama principal,
sí gustas puedes saltartelo)

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El camino a la habitación principal estaba siendo atajado por un silencio en el que Jisoo sabía que no debía intervenir demasiado. Podía ver por los hombros rígidos y el ceño fruncido de su prometida que sus humores estaban amotinados después de salir de esa oficina.

Jisoo podía entenderlo, Lisa era una persona sumamente obstinada y ahora que tenía un capricho nuevo era una batalla campal cambiar sus ideas. Aunque últimamente no podía aferrarse a la idea de que Jennie parecía ser solo un deseo temporal, no después de escuchar como la proclamaba con tanta propiedad.

De cualquier forma, Jisoo sabía como manejar estos pequeños altercados. Rosé no se caracterizaba por ser una mujer amargada, en realidad eso se le adjudicaba directamente a la castaña por lo que sabía que cuando Rosé estaba en esos momentos delicados todo debía ser tomado con pinzas.

Hace exactamente 23 años, cuando estaba siendo abordada por dos mujeres furiosas que sacaban la mugre de su cuerpo desnudo después de 12 horas intentando cogerla para bañarla, Jisoo miró a Rosé asomada en la rendija de la puerta, con el mismo ceño fruncido y las mejillas repletas de una galleta que se estaba comiendo.

La dulce Rosé se encontraba husmeando, mirando desde lejos a la pequeña bestia indomable y sucia que llegó con el último cargamento de gitanos. Cuando por fin había estado limpia y se había comido al menos el doble de lo que su estómago soportaba, se acercó a Jisoo para preguntarle lo más inocente del mundo...

¿Por qué tenía algo tan extraño entre las piernas?

El recuerdo siempre hacía reír a Jisoo porque después de ese momento de preguntas incómodas había nacido una amistad peculiar.

Consistía mayoritariamente en Rosé colmándole la paciencia y cuestionando cualquier cosa que hacía con una mueca de asco mientras Jisoo la ensuciaba a ella en cada oportunidad que tenía solo para molestarla.

La niña de cabello cenizo era demasiado asqueada, es decir, su nariz se comprimía con cada olor o textura que no fuese de su agrado. Sin embargo, con el tiempo las dos se habían amoldado de alguna forma con la otra. Jisoo aprendió que no estaba mal del todo lavarse las manos con constancia y Rosé que no pasaba nada sí ambas se revolcaban un poco entre la paja del gallinero si estaban jugando.

El equilibrio funcionó a un punto en el que eran practicamente inseparables y cuando las primeras señales de la pubertad habían llegado, los roces inconscientes y las miradas fijas a los ojos comenzaron a tener un significado diferente.

Rosé fue la primera en admitir que probablemente Jisoo le estaba gustando, se lo dijo con los ojos brillantes y el corazón en la mano para que la castaña lo cogiera y lo cuidara. Jisoo obviamente había evolucionado en físico y ya no parecía una niña escualida que lo único que hacía era llorar por todo.

Ahora era un poco más alta, sus brazos estaban cincelados por el constante afán de pelear y hacer ejercicio con Lisa y tenía una sonrisa torcida que sinceramente a Rosé le hacía temblar las piernas. Las hormonas de la mujer ceniza se dispararon con potencia al darse cuenta que le gustaba Jisoo.

Esta última estaba reacia a experimentar algo así con ella. Rosé era su mejor amiga, estaría mal de repente pretender que quizás sí la había mirado también un poco, que su rostro ya no parecía tan aniñado y que los ojos de Jisoo se desviaron más de una vez a sus largas piernas y su redondo trasero.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora