Capítulo 19

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Pienso en tu mirá - ROSALÍA

Me da miedo cuando sales
Sonriendo pa' la calle
Porque todos pueden ver
Los hoyuelitos que te salen

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Las pantorrillas de Lisa ardían con los pasos furiosos que daba. Alejarse de ese pasillo había sido una emergencia prioritaria para su cabeza, no podía creerse aún lo que había pasado hace tan solo unos segundos.

Todavía sentía la humedad de los labios de Jennie sobre los suyos, tanta, que Lisa se relamía los labios por inercia para tratar de saborear nuevamente el dulzor.

No planeaba hacer tal audacia de besarla, ni mucho menos esperaba estar tan cerca del peligro como lo había estado esa noche, pero la había atraído como la abeja a un panal. Mirarla toda espelucada y con polvillo blanco en fragmentos de su rostro, probarla y sentir la textura de su piel nivea contra su lengua fue, en definitiva, un tipo de kriptonita.

La debilidad que había tenido la saboreó en un beso que sabía a azúcar, riesgo y ruina.

Después de ver a la Princesa masturbándose con tanto descaro y reconociendo su propia obsesión por estar al tanto de ella las 24 horas y ahora con esto último, Lisa solo podía estar en dos estados... Enojada y aterrada por sus emociones hacia Jennie.

No se supone que tenía que besarla, ni tampoco darle los cuidados y la atención que le estaba dando como sí fuera... ¿¡Cómo si fuera qué!? Las cosas se le salieron de las manos demasiado rápido, y ahora no sabía como ponerse un freno a sí misma para no devolverse y terminar de limpiar ella misma ese exceso de dulce.

Sólo tenía que hacer una cosa... ¡Sólo una! Asegurarse de que la chica estuviera a salvo. Sí a Jennie le tocaban un pelo y la negociación se iba al carajo, no se perdonaría a sí misma haberlo arruinado.

Ahora, efectivamente en el plan no estaba que se atreviera a besarla.

Sí los gitanos se enteraban que estaba en una pequeña luna de miel con la Princesa, se podría juzgar sus acciones y a pesar de que tenían que venir entre cien para sacarla del poder, el pueblo tenía que creer en ella y en su buen juicio para manejar un asunto que les concernía a todos. No podía dividirlos ni que se revelaran contra ella porque nadie más iba a ser capaz de arreglar esto de una forma más pacifica.

Y eso que Lisa estaba tratando de ser lo más civilizada en el asunto, aún sí tenía bajo la manga la posibilidad de unir a los jefes de los demás refugios y forzar el golpe de estado mucho más rápido. Eran cientos de miles de gitanos escondidos en toda Gran Bretaña y Asia antigua.

Eran unos rebeldes con dinero sucio, obtenido de hurtos masivos y algunas prácticas que no compartía, pero tenían un poder y podrían usarlo si todos se ponían de acuerdo. Esa opción era viable, sólo si quería sacrificar cientos de cuerpos en una guerra sanguinaria de la cual estaba un 70% segura de que iban a perder.

Jennie era su única arma, este trato era lo mejor que podía hacer como líder... Y la había besado.

No podía ignorar la obsesión que venía albergando desde hace semanas y lo increíblemente desesperada que estaba por estar a su alrededor. Y aún así, después de embarrarla a un punto en que no lo soportaba, Lisa quería volver a ese pasillo para ver nuevamente lo hermosa que se veía en ese vestido de gitana.

Estuvo siguiéndola toda la noche con la mirada, apenas podía evitar toser con fuerza cuando sus pulmones se quejaron por la falta de aire al verla por primera vez. Todo el día estuvo cargando cajas de bebida, comida y coordinando cosas para la noche mientras su mente estaba en una princesita, preguntándose sí tendría la osadía de ir esa noche al gran evento y definitivamente se había llevado una sorpresa.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora