Capítulo 23

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Agora Hills - Doja Cat

Kissin' and hope they caught us
Whether they like or not
I wanna show you off

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Oh, Jennie solo esperaba que algún día pudiera expiar sus pecados para no ser lanzada al inframundo sin misericordia.

Pero, ¿qué pasaba cuando eras consciente de que pecabas con algo y seguías haciéndolo una y otra vez? Debería haber un límite en el cuál las deidades dirían:

"Tienes razón, sólo actuó mal una vez".

Y ciertamente, Jennie había sobrepasado el lindero hace mucho cuando decidió dejar que Lisa se metiera entre sus piernas. La joven ilúsamente creyó que habría clemencia para ella después de todas las situaciones que siguieron sucediendo esa misma semana.

En un gemido, la mejilla de Jennie se estampó con un poco de rudeza contra el escritorio de Lisa. Notaba las gotas aglomerándose, deslizándose entre sus muslos y llenando sus pantalones de algodón mientras la gitana presionaba la mano contra su nuca, impidiendo que pudiese levantar la cabeza.

Con su mano libre, Lisa metió los dedos en el dobladillo de su pantalón, bajando la tela hasta que el material se almacenó en sus rodillas. Por la inclinación de su cuerpo, el culo de la joven estaba subido y respingón, a merced de una gitana que comenzaba a respirar cada vez más pesado. Llevó su palma abierta a una de las nalgas, apretándola sin mucha delicadeza, dejando que sus dedos se marcaran en la piel pálida. El deleite se escuchaba en forma de gemido.

—¿Te excita que sea fuerte contigo, gatita? —canturreó Lisa, amasando su piel caliente para luego pasar a la otra mejilla, ignorando a propósito el interior palpitante en su centro.— ¿Te gusta la sensación del dolor?

Jennie tenía el rostro rojo y las mejillas sudadas, su labio inferior estaba atrapado en medio de sus dientes mientras sentía las manos palparla como si fuera un simple pedazo de carne. El pensamiento no debería haber hecho que abriera las piernas y exhalara el nombre de Lisa, el hecho de que la gitana colocara sus dedos en forma de pistola y las pasara por las paredes resbaladizas de su coño tan obscenamente no debió haberla excitado de ese modo.

—No. —murmuró ella. Era verdad, Jennie no amaba el dolor, le disgustaba cuando era herida y le salía sangre en algún descuido.

Sin embargo, Lisa no parecía tener esa misma idea.

—¿Ni un poco? —se mofó, deslizando tres dedos juntos por su hendidura, los mismos aterrizaron presionados sobre su clítoris. Los alejó un poco solo para dar una pequeña palmadita, algo que no le infringiría ningún daño pero que le daría una reacción directa.

Como esa, Jennie gimió entre dientes, apretando los puños sobre la madera y exhalando todo el aire de una. Era un efecto único, una corriente directa que se enfocaba en su protuberancia sensible y el solo contacto del golpe envió un torrente de lava por sus venas.

—¿Eso te gustó? —preguntó Lisa con humor.

No necesitaba una respuesta en voz alta, cuando había dado el primer golpe, una gota transparente salió de la entrada de Jennie, embadurnando sus dedos largos y tatuados.

La joven estaba de nuevo en su intento de mantener la compostura y no parecer desesperada, era un proceso tardío del cual se habían visto envueltas las últimas ocasiones aún sí Lisa le decía que no era necesario ser tan hermética.

Lisa sabía cómo sacarla del molde, poco a poco había estudiado las reacciones de su cuerpo y su lenguaje corporal cada vez que hacía algo arriesgado. Por ejemplo que sus pezones se ponían más duros de lo normal si los mordía un poco o que lanzaba pequeños chillidos cuando encerraba su clítoris en una pinza creada por sus dedos.

Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora