Juro que (JENLISA G!P) [Parte 1 y 2]

Capítulo 41

Blackout - Muse

Don't kid yourself
And don't fool yourself
This life could be the last
And we're too young to see

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Con la ropa anterior puesta y treinta minutos de camino hacia Newham, Jennie no podía evitar mirar cada cierto tiempo hacia atrás para asegurarse que efectivamente nadie estaba siguiéndoles.

El sol comenzaba a ponerse y aún sí estaban en verano, el viento helado se filtró por las ventanillas colándose maliciosamente en su piel. A pesar de que existía un pequeño ambiente de celebro dentro del auto, con Seulgi y Jisoo cantando una canción a todo pulmón, Jennie no podía simplemente sonreir.

Era como si la acción no pudiera obedecer a las órdenes de su cerebro.

Lisa seguía a su lado, tratando de equilibrar su ánimo entre el inaplacable buen humor de las otras dos y la pequeña nube gris que parecía estar sobre Jennie en ese instante. La miraba de reojo, abrazada a su propio cuerpo con la mirada fija sobre la carretera.

Por más que quisiera decirle algo, ese probablemente no era el momento ni el lugar. Su gatita debía estar librando una batalla interna, aún sí hubiera estado un poco prevenida de que algo así sucedería.

Notó el modo en que parecía temblar, por lo que se sacó la chaqueta negra y con una delicadeza desconocida para ella la arropó con la misma. Jennie la miró inmediatamente, sus bonitos ojos gatunos tenían unas motas rojas y estaban un poco aguados como sí dentro de nada estallarían.

La gitana no dijo nada, estiró un brazo e hizo que recostara su cabeza de su hombro, abrazándola de costado a su cuerpo. El momento fue interrumpido minutos después cuando el motor del auto se había apagado.

—Hemos llegado. —anunció Jisoo con una sonrisa.

Bajaron del auto, los otros dos se estacionaron a los costados y todos estaban haciendo un pequeño alboroto. Sonreían, se abrazaban por los hombros. El grupo uno y el dos, era una noche de celebración. Jennie deformó su boca, sonriéndole a fuerzas a Ahyeon cuando sus miradas coincidieron por unos segundos.

—Princesa... —susurró Lisa sobre su oído.—¿Estás bien?

—Sí. —Jennie la miró desde su sitio, esta vez regalándole una sonrisa real.

La gitana con su vestimenta oscura y sus ojos de lobo blanco hacían que Jennie se pudiera distraer un poco de todo lo demás. De esas cosas que poco a poco comenzaban a golpear en su cerebro para ver cuál de ellas saldría a torturarla primero. Prefería perderse un poco en su cara por más que esa fuese también un dolor mayor.

Todos comenzaron a bajar el oro de los autos, usando los carritos nuevamente pero con un poco de dificultad por la tierra y la grava. Lisa y Jennie les miraron aún desde su sitio, la gitana abrazándola a su cuerpo todavía entre la fría noche.

—Ahora van a llegar y querrán hacer un desorden. —le comentó Lisa en voz baja, una sonrisa jugando en sus labios.— Nadie sabía que ibamos a hacer este robo, pero cuando se den cuenta del enorme botín van a querer hacer una fiesta.

Jennie asintió, apretando los labios en otra sonrisa. No quería que su sufrimiento interno opacara del todo el ánimo general. Esto era un logro inmenso para los gitanos, quería sentirse en la capacidad de poder festejarlo también. Con suerte si tomaba una ducha y se colocaba ropa limpia podía quitarse la sensación de sentirse tan podrida.

La gitana la miró con preocupación una vez más pero Jennie se puso manos a la obra también, agarró los lingotes que podía con sus manos y comenzó a trasladarlos desde los carritos hasta Jisoo que estaba encaramada en la escalera que bajaba al búnker para pasarlos uno a uno a alguien adentro.