Habia estado en un juicio con los Celestialsapien, impresionante.
Dicho juicio fue de que la realidad había manipulada a causa de la misma Eternity.
Pero al final todo salió bien.
Además de haberse dado cuenta que Eternity estaba embarazada, cosa que lo puso muy feliz.
Pero...
Lentamente...
Esa felicidad fue desapareciendo con los dias.
Se habían cumplido las tres semanas.
Y el hoy era el último dia de la cuenta regresiva en el nuevo libro de End.
Lentamente sin que se diera cuenta, el alma de Natsu Dragneel se estaba fragmentando en pequeños trozos.
Un hombre con una altura de 2.5 metros caminaba lentamente y amenazante por un pasillo oscuro.
El ignoro lo que sucedía a su alrededor, tanto personas como aliens con un aspecto demoniaco.
Lentamente, los rayos del sol llegaron al lugar donde se encontraban dejando ver a aquel hombre que se encontraba en un castillo bastante tetrico y tenebroso.
Su cabeza era de un color blanco, sus ojos eran de un completo color negro como si no tuviera ojos y sus orejas parecian ser dos pares de alas emplumadas y unos dientes afilados.
Sus brazos y cuello eran cubiertos por una especie de armadura negra azabache dejando al aire libre su torso, y vestía una falda negra con calaveras en su cintura y cadenas.
Y empuñaba una espada tan grande como el.
Su nombre era...
Samael de la Tempestad.
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El principe del infierno camino lento y amenazante por el pasillo mientras los demonios en el pasillo se arrodillaban dejándolo seguir derecho con un leve temblor en sus cuerpos, la sola presencia de Samael imponía bastante y era bastante espeluznante.
Samael si bien no los vio, presencio que sus demonios ahora eran más fuertes.
Y eso estaba bien.
Contándolo a el, eran más de 50.000 demonios.
Samael se coloco frente a un portón negro el cual se abrió lentamente, un ambiente frío y pesado se sintió en el lugar cuando la puerta se abrió. Pero esto poco le había importado.
