Y nadies me podrá detener por nada el mundo o universos.
No hasta que logré cumplir mi objetivo de destruirlos a todos.
En el pasado fui conocido de muchas formas.
End.
Natsu Dragneel.
Salamander.
Rey de los Caballeros.
Natsu 10.
Eso quedó en el pasado, nombres que ya no quiero recordar por nada el mundo, me hacen recordar lo débil que fui en el pasado y lo mucho que me odie.
Ahora no soy nada más que un fantasma del tiempo.
Yo soy Eon.
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Un Natsu de 16 años fue mandado atrás luego de recibir un golpe, el adolescente sacudió su cabeza mareado mientras vio a la Persona que le había atacado.
Allí había un hombre de un traje morado con capa, con una máscara de plata sellada que tenía un cristal, y en el habia una calavera, su sola presencia soltaba terror y llenaba las calles de oscuridad.
Natsu: Oye ¿Es que nadie puede tener un día normal hombre? - Pregunto aburrido y molesto, mientras sus mejillas se inflaron - "¡Vamos viejo, tengo todo un día para patearte el trasero!".
Ya había luchado con cosas peores a palabras de el, no temia para nada la presencia del fantasma del tiempo.
Varios alientos de fuego fueron en dirección del Hombre, quien simplemente camino lentamente, un aliento lo atraveso mientras su cuerpo parecía ser el de un fantasma. Con cada ataque que lo atravesaba se mostraba una neblina púrpura, a causa de su habilidad intangible.
Eon solo miro inexpresivo reconocía a su versión joven, y le molestaba el verlo. No dijo nada y simplemente levanté su mano y solto un pequeño y compacto laser a Natsu de color morado.
Natsu: ¿¡Que!? - El laser llegó en un parpadeo con el y lo embistió, por suerte se cubrió con sus brazos escamosos aún así el laser lo mando a volar bastante lejos y sus escamas eran destruidas con facilidad.
