23- Asalto

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Después de aclarar sobre el asalto al castillo, Eli dijo que ambos le siguieran, los tres salieron de la habitación y pasaron por el pueblo, mientras caminaban, compraron algunas cosas para comer mientras seguían caminando.

Todavía era algo temprano y no se veía mucha gente por el lugar, a medida que iban caminando, estaban llegando a un tipo de parque, era uno bastante grande y tenía un lago entremedio, con algunas bancas bien decoradas y lo que más había eran árboles en plena flor.

—¿Por qué venimos acá?

Preguntó Erick un poco confundido.

—Antes te dije que iba a ayudarte en tu entrenamiento para ser un buen mago, ¿No? Honestamente pensé que esta misión sería pan comido, pero ahora no puedo usar nada de mis poderes.

—¿Está bien que lo haga por acá?

—No se ve gente a esta hora, así que debería estar bien, además hasta lo que sé, este reino tiene más magos que en Reveire.

Erick miró por los alrededores y no vio a nadie, así que se concentró en lo que Eli iba a decir, mientras tanto, Lewis se sentó en una de las bancas a comer un pan con crema.

—Primero que nada, necesito saber que tipo de magia puedes controlar por ti mismo y cuales son las que necesitan guía con tu espada.

—Cuando uso magia para atacar, necesito usar la espada, pero al usar la magia de viento para poder volar o el campo de energía leve, no la necesito.

—Entiendo, es como si quisieras evitar que la magia se te salga de control, pero en realidad es más fácil de lo que crees.

Eli se acercó a Erick y tomó su mano derecha, luego apretó un poco su dedo índice. Al ver que Eli estaba tan cerca de él, además en su forma de mujer, hizo que se sintiera un poco incómodo, pero trató de tolerarlo.

—Así como usas tus músculos, siente el maná en tu cuerpo, no hay mucha diferencia en tu uso no ofensivo, debes sentirlo como algo totalmente natural. Es lo mismo con el maná, tomaré tu mano para saber cuánto gastas al ejecutar magia simple.

Luego tomó la mano izquierda de Erick y con su otra mano apuntó al frente más delante de Erick.

—Quiero que hagas un pequeño tornado de viento en ese lugar.

Con la sensación que tuvo cuando Eli apretó su dedo, puso su mano en frente de él, comenzó a controlar el maná en su mano y trató de concentrarse en el flujo de maná que debía liberar y de que forma tenía que hacerlo para hacer un tornado.

El viento se fue levantando lentamente y comenzó a soplar en círculos.

—Bien, ahora mantenlo por diez minutos.

Erick asintió y así lo hizo, pero a los tres minutos, Eli se apartó de él y le hizo señas que parara, Erick se sintió un poco cansado.

—¿Notaste algo?

—Estás desbordando demasiado maná, afortunadamente tienes un núcleo grande, pero no tienes idea de cuanto maná usar. Fueron tres minutos y te agotaste un poco, cuando no deberías sentirte nada mal.

Después de esa muestra, se sentó al lado de Lewis.

—Una hora, quédate en donde estás e inspecciona tu núcleo de maná por ti mismo.

Erick quedó confundido con su explicación.

—¿Puedo hacer eso? ¿Cómo debo hacerlo?

—Así como tu puedes tocar tu propio brazo, así como sabes cuanta fuerza física gastas en cada combate, de esa misma manera puedes inspeccionar tu núcleo de maná. Solo concéntrate en eso, debes sentirlo, siente los circuitos de maná que avanzan como la sangre de tus venas, como tu núcleo mueve la energía por tu cuerpo constantemente, como va reponiendo su energía después de que la vas gastando.

"Solo tuve dos magos conocidos y ninguno de ellos me habló con tanto detalle, supongo que tendré que intentarlo".

Erick cerró los ojos y se puso la mano derecha al pecho, para poder sentir de mejor forma su núcleo. Se concentró en ello lo mejor que pudo.

La mayor parte del día, Erick tuvo que hacer la inspección de su núcleo de maná y controlar cuanto usaba en el torbellino de viento. Su cuerpo inesperadamente se iba sintiendo mejor a medida que llevaba mayor control sobre su maná.

Eli sonrió satisfecha al ver los rápidos resultados que Erick daba a medida que iba mejorando.

—Lo sabía, este tipo tiene talento, ¿No lo crees Lewis?

Lewis asintió a las palabras de Eli. Erick no escuchó eso, ya que estaba demasiado concentrado en lo que hacía.

Fue así como rápidamente pasó a la noche nuevamente. En medio del día, Erick compró una espada para Eli y Lewis, por lo que estaban listos.

Según la hora, iban a ser las una de la noche. Lewis volvió a su forma de lobo y con Eli y Erick encima, comenzó a escalar los muros. Su plan iba a ser que Lewis duplicara su tamaño y se robara toda la atención. Mientras que Erick y Eli se infiltrarían al castillo.

Ambos se habían comprado atuendos para no levantar sospechas, Eli se vistió de sirvienta y Erick de caballero.

—Entonces, ustedes dos tengan cuidado, yo iré a entretener a los demás hombres, causaré algunos estragos, pero no mataré a nadie.

Lo que Lewis dijo fue dirigido a Erick, quién asintió a lo que Lewis decía.

Después Lewis corrió hacia un sector con más guardias y cuadruplicó su tamaño, viéndose como un gran lobo que venía a atacar al castillo, incluso sacó sus alas para verse más intimidante.

Los guardias al verlo se intimidaron y comenzaron a gritar, para avisar a los demás para que llegaran refuerzos.

—¡Un demonio llegó!

—¡¿Cómo es posible?! ¡Tenemos una barrera!

—¡No lo sé! ¡Necesitamos refuerzos!

—¡Protejan a la familia real!

Lewis como prometió, no atacó a ninguna persona, pese a que ellos sí hacían lo posible por matarlo. En su lugar, comenzó a destruir partes del castillo.

Eso armó un gran alboroto dentro y fuera del castillo. Mientras todos adentro corrían, algunos para ayudar y otros para esconderse, Eli y Erick entraron.

Gracias a sus vestimentas, ninguno de ellos llamó la atención. Mientras corrían por el lugar, Eli ya lograba sentir la energía del fragmento, pero el castillo era tan grande que no lograba dar con el lugar en donde estaba.

—Si seguimos así, creo que tendremos que comenzar a destruir el lugar.

Comentó Eli un poco frustrada.

—Aún tenemos tiempo, también, es posible que ese fragmento esté en un subterráneo. Serví al rey por mucho tiempo y las cosas más importantes estaban en una cámara secreta, sígueme.

Erick lideró hacia donde podían ir, mientras que el sonido del rugido de Lewis y el sonido de los golpes y destrucción de algunos edificios, se podían notar hasta dentro.

Luego llegaron a una habitación oscura donde parecía no haber nada, entonces Erick comenzó a revisar los adornos de las paredes y al tocar un candelabro, este se hundió y en una esquina, se abrió un trozo de pared como una puerta.

—¡Eres genial! ¡Vamos!

Dijo Eli emocionada mientras tomaba la delantera, al entrar, había varias escaleras hacia abajo, pero mientras bajaban, una espada se había cruzado en el cuello de Eli, quién iba en primera fila.

Cuando ambos vieron la habitación, vieron seis guardias con una armadura diferente a los que estaban afuera, detrás de ellos, había una puerta de metal.

—¿Quiénes son ustedes?

Preguntó el hombre mientras casi rozaba su espada en la garganta de Eli.

—¿Creo que si habrá victimas?

Comentó Eli mientras miraba hacia atrás, Erick no tuvo de otra, tenían que pelear si querían llegar al fragmento de núcleo.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora