8- Esperanza

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Fue gracias al consejo del sirviente, que Damián pudo colocarse una máscara de buen hermano frente a todos. Gracias a eso, nadie sospechaba que Damián quería deshacerse de Erick a toda costa.

Cuando Erick cumplió dieciséis años, y Damián veinte, Damián le dijo a Erick que debería postularse como guardia en el castillo. Le hizo creer que sería una carrera prestigiosa para su futuro, pero solo quería deshacerse de él.

Un par de años más tarde, cuando Erick cumplió los veinte, su familia lo comprometió con Amelia. Cuando ambos se conocieron por primera vez, Amelia tenía dieciocho años.

Cuando Erick volvía al castillo, Damián hizo todo lo posible por seducir a Amelia hasta que lo consiguió. Incluso le envenenó la mente con mentiras sobre Erick.

A mediados de ese año, fue cuando hubo un temblor de grandes proporciones y aparecieron las primeras grietas de monstruos. Desde esa vez, Erick tuvo menos posibilidades de volver a su casa, ya que como era uno de los pocos magos que el rey tenía bajo su mando, era el más solicitado para destruir a los primeros demonios.

Damián era el más feliz cuando ese incidente se llevó a cabo. Erick no fue nunca consciente de que era tan odiado por Damián.

Lamentablemente, solo pudo darse cuenta veinte años después de estar con él, en el mismo día en que falleció, a sus veinticinco años.

El alma de Erick seguía en ese lugar, estaba con la mirada perdida al cielo. No tomó en cuenta cuánto tiempo había pasado después de su muerte, se había calmado un poco de su angustia, pero seguía destrozado. No podía sentir si quiera el aroma de las flores para que calmara algo de su malestar.

Lo único que lo dejó en un estado de reflexión tranquila, fue el atardecer que ya había llegado a ese lugar. Se acostó al lado de su cuerpo mirando las pocas nubes que volaban a lo muy alto, las nubes estaban siendo iluminados por un ardiente sol que estaba ocultándose en el oeste.

La vista era hermosa, el cielo parecía arder en llamas gracias a la forma de las nubes y la luz de atardecer del sol pegando en ellas. Mientras observaba eso en silencio, sintió unos pasos detrás de él.

"¿Pueden llegar personas a ver las flores a esta hora? ...no creo... puede que sea la muerte que viene por mí".

Los pasos se acercaban aún más, hasta que vio a un joven pasar a su lado, al otro lado de su cuerpo muerto.

—Pobre chico... ¿Cómo pasó eso? Es tan triste...

Era una voz suave y baja, no lograba identificar si era la voz de un hombre o una mujer, era una voz neutral. Erick desvió la mirada lentamente a la dirección de donde venía esa voz, sus ojos habían hecho contacto con los ojos de ese joven. Pero hubo un sobresalto de su parte, los ojos del misterioso joven no estaban mirando el cuerpo, lo estaban viendo a él, estaban haciendo contacto visual.

—¿Fue alguna traición? Tu alma está desprendiendo un color muy peculiar.

Erick se sentó de un golpe, sabía que ese hombre no era un alma, era alguien del plano terrenal.

—Tú... ¿Puedes verme?

El joven asintió lentamente con su cabeza, tenía una expresión de lástima hacia Erick.

—¿Puedes contarme que fue lo que pasó?

Erick se sintió un poco abrumado, recordar todo lo que le ocurrió, hacía que se sintiera bastante mal.

—Fui... traicionado...

Murmuró en un tono bajo, pero sus pupilas temblaban, su voz lentamente comenzó a romperse.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora