45- Primera grieta en Altair

6 3 0
                                    

Ahora el grupo de seis miembros, gracias a Eli habían podido viajar hasta el pueblo de Valle Nevado, ubicado a lo más cercano del extremo sur. En ese lugar, pudieron encontrar alojamiento para poder descansar y tener que comer.

—¡Tenía mucha hambre! ¿Podría traer más carne por favor?

Comentó Daniel muy animado, mientras comía como si no hubiera comido en meses.

—Por favor muestra algo de etiqueta.

Resopló Elliot al verlo tan alterado, mientras que los demás se tomaban el tiempo de probar el sabor de la comida.

—¿Te encuentras mejor Lewis? Podemos pedir algo más ligero si gustas.

Preguntó Jess aún un poco preocupada por el estado de Lewis.

—Estoy bien, gracias, señorita Jess.

—Con que me llames Jess es suficiente.

Comentó ella feliz, mientras que Lewis había asentido con la cabeza a su propuesta.

—Y pensar que en cada parte tienen una comida deliciosa distinta, creo que sería capaz de probar cada platillo del menú.

Dijo Eli bastante satisfecho con el sabor de la comida.

—Puedes hacerlo si gustas, yo pagaré.

Mencionó Elliot feliz mientras hacía el símbolo de dinero con la mano.

—De verdad gracias por la comida su alteza.

Agradeció Erick de forma sincera.

—Está bien, después de todo yo quise viajar con ustedes, además creo haberlo dicho antes, solo dime Elliot.

Mencionó con una sonrisa amistosa. Mientras estaban en ello, pudieron escuchar un bullicio de las personas afuera, era un pueblo pequeño, por lo que, si pasaba algo, podría escucharse mejor el sonido de las personas cuando ocurría alguna eventualidad.

—¡Una grieta!

—¡¿De verdad es una grieta?!

—¡Evacúen!

El grupo de inmediato puso atención a lo que ocurría afuera y salieron inmediatamente.

—Elliot, ¿Tienen guardias por este pueblo?

—Deben estar en camino, esta zona es de un acceso más complicado, el número de nuestros guardias fue distribuido pensando incluso en los pueblos pequeños como este.

Contestó mientras corrían hacia donde se sentía la energía demoniaca, fue en dirección del norte, podía verse una grieta de mediano tamaño abriéndose y desde allí varios demonios salieron hacia el exterior.

Elliot desde su posición, creó de manera instantánea numerosas lanzas de hielo y las lanzó hacia donde estaba la grieta. Pudo matar a varios demonios a la vez, pero rápidamente se dispersaban y no podía darles a todos al mismo tiempo.

—¡Iré por ese lado!

Erick con magia de viento voló hacia una de las direcciones, comenzó a concentrar maná en sus ojos y mejoró su vista, para ver de forma clara en donde estaba el núcleo de cada demonio.

Ahora Erick no necesitaba usar su espada como guía, solo necesitaba sus manos, por lo que apuntaba a cada uno de ellos, lanzando casi de forma instantánea maná concentrado en forma de un proyectil de energía.

Aunque su tamaño no era grande, atravesaba de forma fácil el núcleo de los demonios, rompiéndolos al instante.

Daniel se sintió emocionado y fue a ayudar con los demonios que se habían dispersado hacia el otro lado, él estaba más acostumbrado a usar su espada para todo, se había especializado en eso, logrando combinar tanto los hechizos con la espada.

Sus movimientos fueron rápidos y precisos al saltar hacia ellos y cortar sus cabezas, incluso dejaba un rastro de maná, que actuaba como una cuchilla que se aseguraba de destrozarlos después de haber sido cortados una sola vez.

Entre ellos tres estaban haciendo un muy buen trabajo, Eli, Lewis y Jess se habían quedado atrás, apoyados en la pared de la posada observando como ellos estaban por acabar con todos los demonios que habían salido.

Mientras observaban, Lewis se dio cuenta de un sutil cambio en la mirada de Eli, no sabia que pasaba, pero había viajado lo suficiente con él como para enterarse de cuando algo le alteraba.

—¿Ocurre algo?

Preguntó Lewis inclinándose levemente hacia Eli.

—No es mucho, no te preocupes.

En realidad, Eli sentía un ligero pitido en su oído de vez en cuando, junto con una sensación de vacío en el pecho. Fue una secuela que había quedado después de la pelea que había tenido con Elliot. Tenía una necesidad creciente de matar, pero Eli sabía muy bien cómo controlarse; pero había algunos otros sentimientos además de esos.

—Tu maná demoniaco, aunque está suprimido, puedo ver que está algo alterado, ¿Estás seguro de que estás bien con eso? Puedo intentar colocar más de mi energía en la pulsera.

Comentó Lewis preocupado, pero Eli negó con la cabeza, mientras observaba como los chicos volvían hacia ellos, se veían satisfechos de cumplir con proteger a los aldeanos de forma segura.

Eli se giró hacia Lewis con una sonrisa en su rostro, pero era el tipo de sonrisa que hacía cuando algo de verdad le fastidiaba.

—Lewis, siento que últimamente eres demasiado molesto, ¿Podrías dejar de preocuparte por mí?

Al escuchar esas palabras dirigidas hacia él, Lewis se sintió profundamente dolido, era la primera vez en años que Eli le hablaba de esa manera.

—Lo siento...

Respondió Lewis agachando la cabeza, Jess al ver eso se sintipo de alguna forma intimidada, la presencia que Eli estaba soltando, por un momento la había dejado con la sangre helada y no pudo decir nada.

—Llegamos, ¿Ocurrió algo aquí mientras estábamos por allá?

Preguntó Erick tranquilamente, había usado su maná de manera eficiente y no tenía ninguna gota de sudor.

—No ocurrió nada, ningún demonio llegó hasta acá.

Respondió Eli con una sonrisa burlona mientras hacía algunos gestos con la mano, pero Erick se percató que Lewis estaba algo deprimido.

Después los aldeanos del lugar se les acercaron y comenzaron a agradecer su labor, uno de ellos reconoció a Elliot, así que el lugar se puso un poco bullicioso en el buen sentido.

No mucho después, se prepararon para seguir su ruta hacia la dirección en que Lewis había apuntado después, todavía tendrían un trayecto un poco largo. Como si el clima les diera una oportunidad, dejó de nevar y el campo de visión estaba más claro.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora