Tras la fuerte explosión, gran parte de los árboles y el suelo fueron completamente destruidos. Erick usó sus últimas reservas de maná para poder protegerse bien del último ataque que el hombre había hecho.
Daniel desde atrás, se tuvo que tirar al piso y clavó su espada en frente de él haciendo una barrera que le protegiera de forma parcial con su última reserva de maná igual.
—Ese sujeto... ¿Estará muerto?
Se preguntó Jess mientras abría levemente sus ojos, Erick por seguridad la tenía fuertemente abrazada todavía, el polvo no dejaba ver absolutamente nada.
Mientras el polvo se dispersaba, Jess y Erick se fueron separando para ver a su alrededor, el único ruido que sintieron fue el de Daniel separando algunas rocas que habían caído cerca de él.
—¡Daniel! ¿Estás bien?
Jess corrió hacia él para ayudarlo a ponerse de pie.
—Estoy bien, solo me siento débil, no me queda nada de maná.
Comentó un poco aturdido, se sentía desprotegido al no poder crear ni una llamita de fuego.
Erick por otro lado caminó hacia donde estaba ese hombre, pero solo había un poco de sangre en la ubicación en donde estaba, mientras que la espada de Jess había volado lejos.
"Estoy seguro de que ese maldito escapó, estaba tan cerca de vencerlo".
Mientras pensaba en eso, se inclinó hacia el piso, mientras algunas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos y comenzó a golpear la tierra con fuerza.
—¡Maldito asesino! ¡Te encontraré y vengaré a mis compañeros!
Erick estaba destrozado, el enemigo que había hecho un desastre el pacífico reino en donde había vivido, estaba suelto y no había logrado matarlo, sintió que le falló a todos sus compañeros que habían muerto asesinados en mano de los demonios.
Jess y Daniel se acercaron por detrás, ambos sintieron lástima al ver como Erick lloraba mientras golpeaba el piso, pero corrieron hacia él cuando vieron que Erick se había desmayado, la ausencia de maná también le había cobrado factura a su cuerpo.
Cuando despertó, estaba en una habitación elegante. Estaba en una cama amplia y cómoda, cubierto con suaves mantas y almohadas, las ventanas estaban abiertas, dejando entrar los rayos del sol y sus cortinas eran levemente empujadas por el viento.
—¿Dónde estoy?
Se preguntó mientras se sentaba, todavía se sentía algo agotado, pero se sentía incómodo al estar en un lugar que no conocía. Luego sintió el pomo de la puerta abrirse, cuando observó a esa dirección, vio a Jess asomarse.
—¡Erick! Al fin estás despierto.
Comentó notándose feliz de que él estuviera bien, atrás de ella entró Daniel, quién aún se veía preocupado.
—Jess, Daniel, ¿Se encuentran bien?
Preguntó Erick un poco más aliviado de que ellos estuvieran mejor que él.
—Tontito, estuviste dos días dormido y solo preguntas por nosotros.
Comentó Jess mientras se acercaba a él con una sonrisa preocupada, luego sin rodeos abrazó a Erick.
—No despertabas por mucho que te hablara, ¿Sabes lo mucho que me preocupé?
Jess estaba temblando un poco, estuvo esos dos días preocupada de que Erick no despertara. Erick de alguna manera se sintió cómodo con el cálido abrazo de Jess y también la abrazó de vuelta, por un momento se sintió extraño, como un cuerpo tan pequeño como el de ella le había protegido en su lucha contra el hombre desconocido.
Ambos estaban cómodos abrazándose en un alivio de saber que se encontraban bien de forma mutua, pero Daniel los quedó viendo un poco incómodo.
—Este... creo que avisaré a Elliot y a Lewis que estás bien, me retiro.
Sólo en ese entonces ambos se dieron cuenta que su abrazo duró más de lo necesario, ambos se soltaron y no pudieron evitar ruborizarse, no tuvieron el valor de verse a los ojos.
—¿Ocurrió algo mientras estuve inconsciente?
—Elliot nos aplicó su poder sagrado a todos, curando las pocas heridas que teníamos. En tu caso no despertabas por alguna herida, fue porque agotaste tu maná por completo.
Explicó Jess mientras fue por una silla de la habitación y la colocó al lado de la cama de Erick, para sentarse a su lado.
—Entiendo, ¿Pudiste encontrar tu espada? Con la explosión debió volar lejos.
—Está bien, cuando tuve tiempo nuevamente, la fui a buscar y nos tomó un par de horas encontrarla, Elliot, Lewis y Daniel me ayudaron.
—Que alivio, que bueno que la recuperaste, ¿Estaba intacta?
—Afortunadamente, mi arma es casi a prueba de todo, no se dañará con algo como la magia.
Mientras ambos hablaban de manera cómoda, los demás chicos entraron por la puerta para ver el estado de Erick.
—Menos mal despertaste, al ver que mi poder sagrado no te despertaba, me preocupé un poco.
Dijo Elliot con una sonrisa amigable mientras se acercaba a Erick.
—¿Me permites revisar tu condición?
—Si.
Tras la afirmación de Erick, Elliot supo sus manos sobre el cuerpo de este y usando poder sangrado comenzó a recorrer su cuerpo, para ver el estado general de su condición.
—Yo también estaba preocupado, nunca te vi desmayarte cuando estabas con nosotros, ¿Te duele algo?
Preguntó Lewis mostrando claramente que se había preocupado por él.
—Estoy bien, me desmayé más por la falta de maná.
Respondió Erick tranquilamente, luego recordó la pregunta que tenía antes.
—¿Dónde estamos alteza?
—Te dije que solo me digas Elliot, y nos encontramos en la mansión del marqués de Trovis, él era quién tenía el trozo de núcleo como una joya sin usar.
Luego Lewis sacó del bolsillo el trozo de núcleo que todavía no había absorbido, lo que le pareció extraño a Erick.
—¿Por qué no lo absorbiste?
—No podía hacerlo, quería estar seguro de que estuvieras bien primero.
Las palabras de Lewis también conmovieron a Erick, al ver como estaban reunidos a su alrededor para verificar que estaba bien, le hicieron darse cuenta de que había formado grandes lazos con ellos.
—Gracias a todos.
Aunque dijo esa frase con algo de vergüenza, los demás se sintieron satisfechos de que su compañero se sintiera mejor.
Más tarde tuvieron una reunión en una sala de invitados, aunque Daniel y Jess habían informado a Elliot lo ocurrido, Erick también debía dar su versión personal sobre eso.
—Si ese tipo huyó, significa que no le quedaba de otra, si lo volvemos a encontrar, ya nos podemos dar una idea de su nivel de poder. Pero es una situación grave, si sigue suelto, volverá a cometer el mismo crimen si no mostró indicios de arrepentimiento.
Comentó Elliot mientras se cruzaba de piernas, este asunto no lo trataba como el cuarto príncipe imperial, lo trataba como un ser humano que no podía dejar pasar esta situación fácilmente.
Luego Jess le mostró el artefacto que ese hombre usaba para crear una estrella alrededor del fragmento para crear múltiples grietas en un solo lugar, Erick se sintió molesto al ver esa cosa que estaba causando tantos problemas.
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El camino de un héroe
FantasíaEn el vasto continente del norte, el Reino de Reveire se alza como un bastión de justicia y prosperidad. Sin embargo, una anomalía mágica desencadena la aparición de grietas infernales, liberando hordas de demonios que sumergen al reino en un caos i...