2- Preparativos

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Amelia bajó las escaleras rápidamente mientras sostenía su vestido, pero al bajar rápido, sus pies tropezaron y casi se cae, pero Erick usó su magia en ella e hizo que Amelia levitara hasta llegar a sus brazos.

—Dios... ¿No te dije que tuvieras más cuidado?

Dijo Erick con una voz dulce mientras sus ojos dorados como joyas observaban los hermosos ojos violetas de Amelia. Usualmente Erick, era alguien demasiado centrado en el trabajo, malhumorado en general y bastante frío, pero con Amelia, su prometida, era bastante cálido. Cualquiera que los conocía de cerca, sabían cuanto Erick amaba a su prometida.

Mientras Amelia estaba en sus brazos, aprovechó en besar su mejilla, Amelia recibió su cariño con una dulce sonrisa.

—Lo siento, tendré más cuidado para la próxima, es que estaba tan emocionada de verte.

Mencionó Amelia con una dulce voz, devolviendo el beso a Erick, pero en sus labios. Erick correspondió a su beso, cerrando levemente sus ojos; Amelia, acarició el sedoso cabello negro violeta de Erick mientras lo besaba.

"Si todo terminara, podría por fin casarme con mi preciosa Amelia, tengo que esforzarme."

El mayordomo estaba un poco incómodo viendo como esos dos jóvenes estaban en frente de él, dándose amor como si estuvieran solos. Unos cuantos segundos después, del segundo piso, se asomó su hermano mayor, Damián.

—¡Erick! Tiempo sin verte.

Erick se separó suavemente de Amelia y la bajó de sus brazos con cuidado, luego caminó de forma amigable hacia su hermano, con quién llevaba una buena relación.

—Tiempo sin verte Damián, es lamentable, pero solo vine a preparar un par de cosas y avisarle a madre que debo salir.

—¿Es un viaje largo? Ahora mismo en plena invasión, no creo que sea algo sencillo.

Resopló Damián.

—¿Es cierto eso Erick? Creí que al fin tendríamos tiempo juntos.

Amelia se aferró a los brazos de Erick con un rostro dolido.

—Lo siento, se me encomendó una tarea importante, planeo contarles más sobre eso si podemos reunirnos. Estoy un poco apurado y no estaré aquí mucho tiempo.

—Está bien, madre se encuentra en su oficina.

Respondió Damián, los tres fueron juntos a la oficina de la condesa Joselyn, madre de Erick y Damián. Al estar en frente de la oficina, Damián golpeó dos veces.

—Pase.

Dijo la condesa Jocelyn, al escuchar el permiso de entrar, Damián abrió la puerta y los tres entraron. Cuando Joselyn observó a la puerta, se sorprendió al ver a Erick y se paró de su escritorio.

—Erick, mi hijo.

Se acercó a Erick con una sonrisa y lo abrazó, Erick también le devolvió el abrazo.

—¡Estaba tan preocupada!, No había sabido nada de ti en las últimas semanas, sé que estás ocupado lidiando con los monstruos, pero al menos una vez al mes podrías visitarnos, ¿No?

Erick estaba feliz al ver que su madre se preocupaba de él, pero por mucho que quisiera contactarlos, muchas veces la situación lo impedía.

—Lo siento madre, yo también los extrañé mucho, pero la situación en la capital es grave y no podía dejar mis responsabilidades.

Luego de mencionar eso, se alejó un par de pasos atrás, ya que estaban todos en una especie de círculo.

—Recibí una orden del emperador, debo ir al imperio de Velcrum por una persona que podría ser la clave para cerrar el portal de los demonios. Ahora mismo no puedo dar muchos detalles sobre el viaje, pero si logro reunirme con esa persona, y de verdad logra salvar Reveire, será un triunfo para todos.

Amelia y Joselyn se pusieron sus manos cubriendo sus bocas con una expresión de estar conmovidas.

—Vaya, eso significa que no estaremos en contacto por un par de meses más, ¿No es así?

Damián había agachado un poco la mirada.

"No es que yo quiera estar lejos de mi familia por tanto tiempo tampoco, pero es algo necesario".

Erick apretó sus puños un poco, si esta era una oportunidad para pasar más tiempo con su familia, era un bien necesario.

—Erick... ¿Crees que puedo acompañarte?

Mencionó Amelia, mientras tomaba las manos de Erick con una mirada suplicante.

—Me da miedo no saber de ti por tanto tiempo, ¿Sabes el sufrimiento que siento de no saber nada de ti por tanto tiempo?

Erick estaba conmovido por las palabras que venían de la chica que le gustaba, estaba feliz que la chica que tanto amaba, también se sintiera de la misma manera hacia él.

"Me siento de la misma manera cuando no puedo verte, pero...".

—También te extraño Amelia, pero es un viaje bastante peligroso. Desconozco como está la situación de los monstruos fuera del reino y como estará el camino hacia los reinos vecinos.

Mencionó con una expresión de pesar, si fuera por él, estaría feliz viajando al lado del amor de su vida, pero tampoco quería exponerla a algún peligro.

—Si voy yo también, Amelia podría estar más protegida, de paso, puedo ayudarte a lidiar con los monstruos. No tengo magia como tú ni soy un maestro de espada, pero soy buen espadachín y tengo una espada hecha con el poder divino de los sacerdotes, creo que te seré de ayuda también.

Mencionó Damián con confianza, Erick también se había conmovido de que su hermano quisiera serle de ayuda, tanto en el viaje, como para que Amelia pudiera acompañarlo.

"¿Estará bien? Temo por su seguridad... pero...".

Observó a Damián, que tenía una mirada determinada.

"Confiaré en él si hay peligro inminente y yo no pueda proteger a Amelia".

—Está bien, pueden ir conmigo, pero será un viaje bastante largo y quizás algunas noches toque dormir en la intemperie.

Amelia abrazó a Erick con una gran sonrisa, apoyando su cabeza en su pecho.

—¡Muchas gracias! Prometo dar lo mejor de mí.

—También yo, no dejaré que nada le pase a Amelia y te ayudaré en todo lo que pueda, seremos mejor tres que uno, ¿No?

Mencionó Damián con una sonrisa confiada, Erick estaba bien, estaría acompañado de las personas con quién mejor se llevaba.

Usaron parte de la mañana en arreglar sus equipajes, era un viaje que debía hacerse lo antes posible, no había mucho tiempo que perder. La condesa Joselyn prestó el carruaje de la familia para que pudieran ir más cómodos, también envió a un cochero y dos caballos.

Cerca de las dos de la tarde, ya estaban los tres en frente del carruaje, con la condesa despidiéndose de los tres.

—Por favor, lleguen a salvo, tengo fe en que todo les irá bien.

—Está bien, llegaremos sanos y salvos.

Respondió Damián con una gran sonrisa confiada.

—Haré lo posible para que lleguemos antes de dos meses, puedes confiar en nosotros.

Dijo Erick con una sonrisa suave.

—Adiós señora O'neill, haré todo lo posible para no estorbar, ya aprendí a cocinar hace un tiempo, estoy segura de que la comida no hará falta.

Amelia se despidió con una dulce sonrisa, mientras observaba a la condesa. Los tres se acomodaron en el carruaje y el cochero soltó las riendas, haciendo que los caballos comenzaran a avanzar.

La vista de Erick por un momento se centró en el castillo de Reveire, que se lograba ver muy a lo lejos, incluso de lejos se podía ver el terrible estado del castillo.

"Definitivamente traeré a esa persona a este lugar, también tenga esperanza de que pronto todo este desastre se acabará."

Su trayecto sería algo largo, debían ir en camino hacia el este, pasarían por el reino de Lanya, Ambrosya y finalmente, llegarían al imperio de Velcrum.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora