La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por el tenue resplandor de la luna que se colaba entre las cortinas. El aire entre nosotros parecía cargado, como si cada respiración encendiera aún más el fuego que ardía en mi pecho. Giyu, sentado al borde de la cama, se quitaba lentamente su haori, pero sus ojos estaban fijos en mí.
Sentí que su mirada traspasaba cualquier barrera que pudiera haber construido alguna vez. No había escapatoria, ni siquiera la quería. Cuando di un paso hacia él, su expresión cambió; su seriedad habitual se suavizó, revelando un destello algo que rara vez mostraba: deseo.
Me acerqué hasta que estuve lo suficientemente cerca para sentir su aliento contra mi piel.
—¿Qué piensas? —pregunté en un susurro, con una sonrisa que apenas lograba ocultar mi nerviosismo.
—Pienso que no soy lo suficientemente bueno para ti —murmuró, su voz ronca pero cargada de emoción.
—Eso no es cierto —respondí, tomando su rostro entre mis manos—. Giyu, tú eres todo lo que necesito.
Antes de que pudiera decir algo más, lo besé. Fue un beso suave al principio, pero la intensidad aumentó rápidamente. Su mano encontró mi cintura, atrayéndome hacia él con más fuerza, mientras la otra se deslizaba por mi espalda, explorando cada línea y curva como si quisiera memorizarlo todo.
Me encontré sentada sobre su regazo, con sus brazos firmemente envueltos a mi alrededor. Cada movimiento suyo era deliberado, pero lleno de urgencia. Nuestros labios no se separaban, cada beso más profundo que el anterior, como si ninguno de los dos pudiera saciarse del otro.
—No puedo creer que estés aquí conmigo —susurró contra mi cuello, sus labios dejando un rastro de besos ardientes que hicieron que mi piel se estremeciera.
—Siempre estaré contigo, Giyu —dije, dejando que mis manos recorrieran su pecho, sintiendo el latido acelerado de su corazón bajo mis dedos.
Se levantó con facilidad, llevándome en brazos hacia la cama, donde me depositó con una delicadeza que contrastaba con la pasión que ardía en sus ojos. Se inclinó sobre mí, y por un momento se detuvo, su frente apoyada contra la mía mientras nuestras respiraciones se entrelazaban.
—Eres todo para mí —dijo, su voz apenas un susurro.
—Y tú para mí —respondí, con lágrimas brillando en mis ojos.
No hubo más palabras después de eso. Solo acciones.
Las sábanas nos envolvieron mientras
nuestras manos exploraban cada rincón del otro. Cada caricia, cada beso, cada gemido, era una declaración de lo que sentíamos. Mis dedos se enredaron en su cabello mientras sus labios recorrían mi clavícula, enviando oleadas de calor a través de mi cuerpo.
Sentí sus manos deslizarse por mi cintura, firmes pero suaves, trazando líneas invisibles que me hacían temblar bajo su toque. Cerré los ojos, dejando que cada sensación se grabara en mi memoria. Había algo en la forma en que me miraba, como si yo fuera la única persona en su mundo, que hacía que mi corazón latiera con fuerza.
Cuando nuestros cuerpos finalmente se unieron, todo lo demás desapareció. No había pasado, no había futuro. Solo el presente, compartido entre nosotros, lleno de amor y una intensidad que parecía infinita.
Su nombre escapó de mis labios en un susurro al sentirlo dentro de mi, y lo sentí tensarse, como si mis palabras lo hubieran desarmado.
—Eres mía —dijo, con una firmeza que me hizo estremecer—. Y yo soy tuyo. Para siempre.
ESTÁS LEYENDO
𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]
РазноеUn joven frío y reservado, marcado por la pérdida de su familia y el sacrificio de su mejor amigo, vive aislado del mundo, incapaz de expresar sus emociones. Su vida cambia cuando conoce a una chica llena de carisma y belleza, quien lo recuerda de u...
![𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]](https://img.wattpad.com/cover/380634200-64-k751033.jpg)