El viento soplaba con fuerza, las hojas caían de los árboles y el silencio de la noche me rodeaba. Había seguido mi instinto, mis sentidos afilados buscando alguna señal del demonio, del ser que había puesto en peligro mi vida y la de mi hijo. La misión que me habían asignado era falsa, una trampa para atraerme a un lugar solitario. Pero, por alguna razón, algo en mi interior me decía que debía seguir adelante. ¿Qué otra opción tenía?Avancé entre la oscuridad, mi katana lista para el combate. El aire estaba tenso, cargado de una presión que no podía ignorar. Algo no estaba bien. Mi respiración se volvía irregular, las contracciones en mi abdomen eran cada vez más fuertes, y el miedo que había estado intentando ignorar crecía.
De repente, el aire cambió. La sombra de una figura apareció entre los árboles, imponente, como una pesadilla hecha carne. Un ser con una presencia abrumadora, tan poderosa que el simple hecho de estar cerca de él me hizo sentir pequeña, vulnerable. El frío recorrió mi cuerpo, pero no retrocedí.
—Así que finalmente has llegado—, dijo una voz profunda, resonante, que parecía venir de todas partes a la vez. Mi corazón dio un vuelco al escucharla.
De entre las sombras emergió Kokushibo, uno de los demonios más poderosos, el que había sido un pilar en su vida anterior y ahora, un monstruo despiadado. Sus ojos dorados brillaban con una intensidad que reflejaba una verdad aterradora. Me miraba como si fuera una presa, y el aire alrededor de nosotros se volvía aún más pesado.
No dije nada, mi katana en posición defensiva. Sabía que estaba a punto de enfrentar algo mucho más grande que cualquier demonio con el que me hubiera topado antes.
—¿Qué quieres de mí? —pregunté, tratando de mantener la calma a pesar de la presión en mi pecho. Mi voz no sonaba tan firme como quería que sonara, pero no podía dejar que él lo notara.
Kokushibo sonrió, una sonrisa fría y maliciosa. Se acercó lentamente, sus pasos pesados resonando en el silencio de la noche.
—Ya sabes lo que quiero, niña de la llama —dijo, y su tono estaba cargado de veneno—. Todo este tiempo he estado esperando, observando, y ahora finalmente ha llegado el momento la última ves no tube la oportunidad de matarte y esta ves no te perdonaré la vida.
Mis manos temblaron ligeramente, pero me mantuve firme. Algo me decía que esto no era solo una confrontación por la supervivencia. Había algo más en sus palabras.
—Tú... tú eres el que ha estado detrás de las amenazas, ¿verdad? —pregunté con el ceño fruncido. Mi mente comenzaba a hacer las conexiones, aunque el dolor en mi abdomen dificultaba que pudiera pensar con claridad. "Si es él, todo esto tiene sentido."
Kokushibo asintió, su rostro tan impasible como siempre. Había algo en su mirada que me estremeció.
—Así es —dijo, como si fuera una revelación obvia—. Eres la sucesora de Kyojuro Rengoku, el pilar de la llama. Pero no solo eso. Tú has heredado su poder, su voluntad, su respiración. Y eso, mi querida niña, no lo puedo permitir.
Me tensé. Todo el miedo que había estado reprimiendo ahora comenzaba a aflorar. Estaba atrapada. Y lo peor de todo era que, por mucho que lo intentara, mi cuerpo no respondía como antes. El embarazo me debilitaba.
—¿Por qué? —musité, aunque mi voz temblaba. Las palabras apenas salían de mis labios, pero no iba a ceder.
Kokushibo dio un paso hacia mí, y sus ojos dorados brillaron aún más intensamente.
—Porque la respiración de la llama y la respiración solar son amenazas demasiado grandes para Muzan. El último pilar de la llama ha muerto, pero tú, tú sigues viva, y eso no lo voy a permitir. —Su tono era frío, como si hablara de algo insignificante, como si mi vida fuera solo un juego para él.
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𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]
De TodoUn joven frío y reservado, marcado por la pérdida de su familia y el sacrificio de su mejor amigo, vive aislado del mundo, incapaz de expresar sus emociones. Su vida cambia cuando conoce a una chica llena de carisma y belleza, quien lo recuerda de u...