𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]

DEDICATORIA

Cuando la llama y el Agua se encuentran en la eternidad

Dedicatoria de Giyu:

A ti, mi gran amor, mi razón de lucha y mi hogar en medio del caos,
No hay palabras suficientes para describir lo que significaste para mí. Desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron, sentí cómo mi mundo, que hasta entonces había sido frío y solitario, comenzó a llenarse de luz y calidez. Con cada sonrisa tuya, con cada palabra de aliento, diste un propósito a mi vida que nunca creí posible.

Te amé con cada fibra de mi ser, con una intensidad que me asustaba, porque sabía que perderte sería lo más doloroso que podría enfrentar. Y aunque ahora no estés a mi lado, tu recuerdo permanece grabado en mi alma como una llama eterna que jamás se apagará.

Tú fuiste mi fuerza en los momentos de debilidad, mi esperanza en la oscuridad y mi refugio cuando el peso de la batalla se hacía insoportable. Me enseñaste que amar no era una debilidad, sino la mayor de las fortalezas. Por ti aprendí a soñar con un futuro diferente, un futuro que imaginaba a tu lado, con una familia que ahora sé que nunca conoceré, pero que siempre guardaré en mi corazón.

Aunque el agua y el fuego parezcan opuestos, nuestras respiraciones siempre se complementaron, creando una danza armoniosa que reflejaba nuestros corazones. Tu pasión ardía con intensidad, y mi calma fluía como un río, juntos éramos un equilibrio perfecto. Así como el agua alimenta al fuego, tú diste sentido a mi vida y encendiste en mí una esperanza que creí perdida.

Gracias por cada instante compartido, por cada palabra, por cada mirada. Gracias por enseñarme que incluso en un mundo lleno de dolor, el amor puede florecer y dar sentido a todo. Mi amor por ti trasciende esta vida; es infinito, como el cielo que nos cubre, como el viento que susurra tu nombre.

Si hay algo después de este mundo, sé que te buscaré. Y cuando te encuentre, volveré a enamorarme de ti, como la primera vez, porque tú eres y siempre serás el amor de mi vida.

Hasta entonces, te llevaré en mi corazón, como el más preciado de los tesoros, y en cada paso que dé, en cada aliento, será tu amor el que me dé la fuerza para seguir adelante.

Si existe un destino más allá de este, prometo buscarte. Te encontraré en la corriente del río o en el calor de un fuego distante. Y cuando lo haga, volveré a amarte con la misma intensidad, con el mismo corazón que siempre fue tuyo.
Siempre tuyo.

Giyu Tomioka