El pueblo al pie de las montañas parecía tranquilo a primera vista, pero era un silencio inquietante, como si la vida misma se hubiese refugiado lejos de la vista. Las calles estaban casi desiertas, y las pocas personas que vimos evitaban hacer contacto visual, como si temieran que cualquier conversación atrajera algo oscuro.
Obanai, Sanemi y yo nos detuvimos frente a la pequeña plaza central, donde se encontraba un pozo seco rodeado de bancas vacías. Desde allí, podíamos ver las entradas a las casas y los caminos que se adentraban en el bosque cercano.
—Dividámonos aquí —dijo Obanai, su tono práctico y firme—. Cada uno tomará una dirección. Si encuentran algo sospechoso, usen las bengalas para avisar.
Asentí, observando las tres rutas posibles: el camino principal del pueblo, que parecía el más transitado; un sendero estrecho hacia el bosque, donde la luz del sol apenas se filtraba entre los árboles; y un grupo de casas en la periferia del pueblo, con ventanas oscuras y puertas cerradas.
—Tomaré el bosque —dijo Sanemi de inmediato, con una sonrisa ladeada que parecía un desafío—. Estoy seguro de que es donde más acción habrá.
—Perfecto, ve. —Iguro no perdió tiempo en refutarlo y luego miró hacia mí—. Tú, toma las casas. Habla con las personas si puedes. Tal vez alguien haya visto algo.
—Entendido. ¿Y tú? —pregunté.
—Exploraré el camino principal. Es más probable que encuentre rastros de actividad allí.
Nos dividimos sin más discusión. Mientras me dirigía hacia las casas periféricas, no podía evitar sentir una ligera tensión en el aire. La misión era directa, pero algo sobre el ambiente me ponía nerviosa.
Las primeras dos casas que toqué estaban vacías, sus puertas cerradas con madera clavada y ventanas cubiertas con cortinas gruesas. En la tercera casa, una anciana abrió apenas una rendija de la puerta.
—¿Qué desea? —preguntó con voz temblorosa, mirándome con desconfianza.
—Soy una cazadora del Cuerpo de Exterminio de Demonios —respondí con calma, mostrando mi haori para confirmar mis palabras—. Estamos investigando las desapariciones recientes. ¿Podría decirme si ha notado algo extraño?
La anciana me miró por un momento antes de susurrar: —No sé nada... pero hace unas noches escuché gritos. Provenían del bosque.
—¿Gritos? ¿De quién?
—No lo sé. Fue cerca de medianoche. Después, todo quedó en silencio otra vez.
Agradecí su información y continué con mi recorrido. En otra casa, una joven madre con dos niños pequeños me recibió, aunque su expresión era tensa.
—¿Usted también viene por lo de las desapariciones? —preguntó, mientras abrazaba a sus hijos.
—Sí. Necesitamos saber cualquier detalle, por pequeño que sea.
Ella vaciló antes de hablar. —Escuché que alguien vio una sombra... algo grande y extraño. Pero no sé si es verdad. La gente aquí está demasiado asustada para hablar.
Las pistas eran vagas, pero confirmaban nuestras sospechas. Algo o alguien estaba acechando en este lugar, y el bosque parecía ser el punto de interés más peligroso.
Justo cuando estaba regresando al punto de encuentro, vi una bengala roja iluminando el cielo desde el bosque. Sanemi.
—Por supuesto que sería él el primero en encontrar problemas —murmuré para mí misma mientras comenzaba a correr hacia su ubicación.
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𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]
RandomUn joven frío y reservado, marcado por la pérdida de su familia y el sacrificio de su mejor amigo, vive aislado del mundo, incapaz de expresar sus emociones. Su vida cambia cuando conoce a una chica llena de carisma y belleza, quien lo recuerda de u...
![𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]](https://img.wattpad.com/cover/380634200-64-k751033.jpg)