En la mansión de Shinobu, la atmósfera era tensa y cargada de preocupación. Shinobu trabajaba con precisión y rapidez, haciendo todo lo posible por estabilizarte. Tu respiración era irregular, y el sudor perlaba tu frente mientras los síntomas de tu crisis empeoraban con cada minuto que pasaba.
—¡Necesito más hojas de wisteria y agua limpia, ahora! —ordenó Shinobu a sus asistentes, que corrían de un lado a otro obedeciendo sin cuestionamientos. Aunque siempre mantenía su compostura, era evidente que la situación era grave.
Tus manos temblaban débilmente, y cada vez que intentabas respirar, era como si el aire no fuera suficiente. Shinobu colocó su mano en tu muñeca para verificar tu pulso, pero estaba peligrosamente débil.
—Resiste un poco más... No puedes irte ahora. —Shinobu apretó los labios, consciente de que estaba luchando contra el tiempo.
A su lado, Aoi trataba de mantenerse firme, aunque sus manos temblaban mientras preparaba los medicamentos que Shinobu había solicitado. La joven no pudo evitar mirar tu rostro, pálido y lleno de dolor, preguntándose si saldrías de esta.
—Aoi, concéntrate. No podemos darnos el lujo de equivocarnos ahora —dijo Shinobu, su voz calmada pero firme.
En tu estado semiinconsciente, todo era confuso. Tu mente vagaba entre recuerdos y un abismo oscuro. Veías destellos de Kyojuro, de Senjuro, incluso de Giyu. La culpa, el dolor y la desesperación parecían fundirse en un torbellino que te arrastraba más profundo.
De repente, en medio de esa oscuridad, escuchaste la voz de Kyojuro, fuerte y cálida como siempre:
—No te rindas. Aún tienes mucho por lo que luchar.
Esa voz, aunque distante, resonó en tu interior, encendiendo una pequeña chispa. Tu cuerpo, sin embargo, no respondía. Tus labios se movieron débilmente, como si intentaras decir algo, pero ningún sonido salió.
—¡El pulso sigue cayendo! —dijo Aoi con alarma.
Shinobu frunció el ceño, su mente calculando rápidamente los siguientes pasos. No podía permitir que te perdieran, no ahora, no después de todo lo que habías enfrentado.
—Prepárense para lo peor, pero no me detendré hasta estabilizarla —murmuró Shinobu, más para sí misma que para los demás.
Tomó una jeringa con un extracto especial de wisteria mezclado con otros compuestos medicinales y lo administró con cuidado. Era un riesgo, pero era lo único que podía hacer para intentar estabilizarte.
—Vamos, despierta. Sé que puedes hacerlo —dijo Shinobu, como si sus palabras pudieran llegar hasta ti en esa oscuridad.
La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de los pasos apresurados de las asistentes y el leve murmullo de Shinobu mientras monitoreaba tus signos vitales. En su mente, Shinobu sabía que era un momento crítico. Si lograba estabilizarte, habría esperanza. Si no, tendría que enfrentarse a lo inevitable.
—No puedo perderla... no ahora —murmuró, más determinada que nunca.
Fuera de la habitación, Tengen esperaba, con los brazos cruzados y el rostro sombrío. A pesar de su usual actitud despreocupada, esta vez estaba claramente preocupado. Cerró los ojos, rezando en silencio por tu vida, mientras el tiempo seguía avanzando lenta y angustiosamente.
La llegada de Shinjuro a la mansión de Shinobu no pasó desapercibida. Su imponente figura, aunque cansada y envejecida, reflejaba una determinación inusual. Había escuchado rumores en la sede sobre tu estado crítico y no dudó en dejar todo para llegar cuanto antes. Al cruzar el umbral de la mansión, lo recibió la atmósfera pesada de incertidumbre.
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𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]
RandomUn joven frío y reservado, marcado por la pérdida de su familia y el sacrificio de su mejor amigo, vive aislado del mundo, incapaz de expresar sus emociones. Su vida cambia cuando conoce a una chica llena de carisma y belleza, quien lo recuerda de u...
![𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]](https://img.wattpad.com/cover/380634200-64-k751033.jpg)