𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]

CAPÍTULO 84

El sol comenzaba a ocultarse cuando oí un leve golpeteo en la puerta de mi mansión. Me acerqué y al abrirla, me encontré con Shinobu. Su rostro llevaba la misma expresión tranquila y sabia de siempre, pero sus ojos brillaban con algo que no pude descifrar de inmediato.

—Shinobu, me alegra verte. ¿Tienes los resultados? —pregunté, haciéndola pasar al interior.

Asintió y abrió un pequeño pergamino que llevaba en sus manos. Después de leerlo brevemente, me miró con una sonrisa que parecía contener un secreto demasiado grande para sus palabras.

—Sí. Los resultados confirman que estás embarazada nuevamente.

Por un momento, sentí que el aire se volvía más denso. Mi corazón latía con fuerza mientras procesaba lo que acababa de decirme. Llevé una mano a mi abdomen de forma instintiva, un torbellino de emociones agitándose en mi interior.

—¿Es seguro? —pregunté con un hilo de voz.

—Por ahora, todo parece indicar que sí. Pero debes cuidarte más que nunca. Tu cuerpo aún se está recuperando del esfuerzo de los entrenamientos y las misiones. Este embarazo requiere que pongas tu bienestar como prioridad.

Tomé asiento, todavía asimilando la noticia. Después de todo lo que había pasado, la idea de estar embarazada nuevamente me llenaba de esperanza y miedo a partes iguales.

—Shinobu, quiero pedirte algo.

Ella se inclinó ligeramente hacia mí, siempre tan atenta.

—Lo que necesites, lo haré.

—No le digas a nadie. Ni a Giyu, ni a mi padre, ni a los demás miembros de la Compañía. Esto debe mantenerse en absoluto secreto.

Shinobu pareció sorprendida por un momento, pero pronto su expresión volvió a ser comprensiva.

—¿Estás segura de que no quieres compartirlo? Esto es una noticia importante, y podrías necesitar apoyo.

Negué con la cabeza, aunque mi voz temblaba un poco.

—Es precisamente porque es importante que quiero manejarlo sola, al menos por ahora. Giyu ya está lidiando con demasiadas cosas, y mi padre... él siempre se preocupa por mí. No quiero cargar a nadie con esto hasta que sea necesario.

Shinobu me observó en silencio por unos segundos, evaluando mis palabras. Finalmente, asintió.

—Entendido. Respetaré tu decisión, pero debes prometerme algo.

—¿Qué cosa?

—Que si en algún momento necesitas ayuda, me lo dirás sin dudar. No importa lo que pase.

Sonreí, agradecida por su apoyo incondicional.

—Lo prometo.

Shinobu se levantó, colocó una mano suave sobre mi hombro y me miró con esa calidez que siempre lograba reconfortarme.

—Cuida de ti misma y del pequeño que llevas dentro. Ambos son importantes.

La vi salir mientras la noticia seguía pesando en mi corazón, pero esta vez no como una carga, sino como una chispa de esperanza. Me prometí a mí misma que haría todo lo posible para proteger esta nueva vida, sin importar los obstáculos que tuviera que enfrentar.

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La noche cayó con una serenidad que solo intensificaba el caos en mi mente. Acostada en mi habitación, la capa de Kyojuro colgada a un lado, observaba el techo mientras mi mente giraba en círculos. Cada pensamiento que surgía me llevaba a otro, hasta que todo parecía una maraña de emociones y preocupaciones.