CAPITULO 64

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Tengen estaba sentado cerca de mi cama, observándome con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Había estado allí desde que relevó a Giyu, asegurándose de que no estuviera sola, aunque mi estado seguía sin mostrar señales de mejora.

De repente, un leve movimiento llamó su atención. Mis dedos se movieron ligeramente, y mi respiración cambió de ritmo. Sus ojos se abrieron ampliamente, y se acercó rápidamente a mí.

—¡Hey! —exclamó con una mezcla de alivio y emoción—. ¡Estás despertando!

Abrí los ojos lentamente, sintiendo un peso enorme en todo mi cuerpo. Mi visión estaba borrosa al principio, pero gradualmente la figura imponente de Tengen se hizo más clara.

—¿T-Tengen? —murmuré, mi voz apenas un susurro.

—¡Eso es! Sabía que eras fuerte —dijo con una sonrisa amplia y confiada, aunque había un tinte de preocupación en su mirada—. No te esfuerces en hablar ahora, solo respira.

Intenté sentarme, pero un dolor punzante en mi abdomen me detuvo. Tengen, notando mi incomodidad, me apoyó suavemente para que no hiciera movimientos bruscos.

—Tranquila. Has pasado por mucho —dijo con voz más suave de lo habitual—. Voy a buscar a Shinobu y a tu padre. Ellos estarán encantados de verte despierta.

Quise decir algo, detenerlo tal vez, pero no pude reunir la fuerza suficiente. Solo asentí débilmente, y Tengen salió rápidamente de la habitación, sus pasos resonando por los pasillos de la mansión.

Tengen caminaba con determinación, su expresión seria, mientras se dirigía al laboratorio de Shinobu. Al entrar, vio a la médico inclinada sobre una mesa llena de documentos y hierbas medicinales.

—¡Kocho! —llamó, y Shinobu levantó la vista, sorprendida por la urgencia en su voz.

—¿Qué sucede, Tengen?

—Ha despertado. Está consciente —dijo, con un tono que denotaba tanto alivio como urgencia.

Shinobu dejó inmediatamente lo que estaba haciendo y comenzó a preparar un maletín con suministros médicos.

—Esto es una gran noticia. ¿Está estable?

—Parece débil, pero está despierta. Mejor que lo compruebes tú misma. También voy a buscar a Shinjuro -añadió Tengen, y sin esperar respuesta, salió nuevamente hacia la zona de visitantes.

Shinjuro estaba sentado en un banco del jardín, con la mirada fija en el suelo. Parecía perdido en sus pensamientos, y el cansancio se reflejaba en sus facciones. Cuando Tengen se acercó, el hombre alzó la vista.

—¿Qué ocurre? —preguntó con un tono grave, temiendo lo peor.

—Ha despertado —informó Tengen con una leve sonrisa.

Los ojos de Shinjuro se abrieron de par en par, y se levantó de un salto.

—¿Está bien? ¿Puedo verla?

—Ven conmigo. Shinobu ya está con ella —respondió Tengen, guiándolo de regreso hacia la habitación.

Yo estaba luchando por mantener los ojos abiertos, el cansancio seguía pesando sobre mí. Sin embargo, sentí un leve alivio al escuchar pasos acercándose. Primero entró Shinobu, con su expresión calmada y profesional, pero sus ojos brillaban con un toque de calidez.

—Es un milagro que estés despierta —dijo mientras se inclinaba para examinarme.

Unos segundos después, Shinjuro entró detrás de ella, con el rostro lleno de emoción y preocupación.

𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora