CAPÍTULO 69

42 3 0
                                        

Una mañana clara, el cuervo de Giyu llegó con un mensaje urgente. Pocos minutos después, mi propio cuervo apareció en mi mansión, entregándome una notificación similar. Era una misión conjunta. Al leer el contenido, no pude evitar sentir una mezcla de emociones. Por un lado, trabajar junto a Giyu nuevamente sería un desafío emocional, pero por otro lado, era una oportunidad para ver si nuestras heridas podían comenzar a sanar.

Cuando llegué al punto de encuentro designado, Giyu ya estaba allí, esperando en silencio como era su costumbre. Su mirada se encontró con la mía, y aunque sus labios no se movieron, sus ojos parecían hablar por él: gracias por venir.

—¿Listo? —pregunté, intentando mantener un tono profesional.

—Siempre —respondió, con la misma calma que siempre lo caracterizaba.

La misión nos llevó a una aldea cercana, donde los aldeanos reportaron desapariciones recientes que claramente apuntaban a la presencia de un demonio. Según el informe, el demonio era ágil y astuto, atacando y dejando pocos rastros.

Durante el viaje, el silencio entre nosotros era palpable, pero no incómodo. Ambos parecíamos enfocados en la misión, aunque en el fondo podía sentir que Giyu buscaba las palabras correctas para decir algo. Yo, por mi parte, me concentraba en mantener mis emociones bajo control.

Al llegar al lugar, comenzamos a investigar. Dividimos la búsqueda, aunque permanecimos lo suficientemente cerca como para ayudarnos si era necesario. La primera señal del demonio apareció cuando encontramos marcas de garras en un árbol cercano.

–Esto está fresco —dije, inspeccionando las marcas.

Giyu asintió, observando los alrededores.

—Está cerca. No bajes la guardia.

Su tono era calmado, pero había un matiz de preocupación que no pasó desapercibido para mí.

La noche cayó rápidamente, y mientras esperábamos al demonio, no pude evitar hablar.

—¿Por qué aceptaste esta misión conmigo? Podrías haber pedido otra asignación.

Giyu me miró, sorprendido por mi pregunta directa.

—Porque quiero demostrarte que estoy comprometido. No solo contigo, sino también con protegerte, sin importar lo que pase.

Antes de que pudiera responder, un movimiento rápido en los árboles nos puso en alerta. El demonio finalmente había aparecido.

Era un ser ágil, con extremidades largas y ojos que brillaban con una luz rojiza. Sin decir una palabra, ambos asumimos nuestras posiciones de combate, nuestras respiraciones sincronizándose como si el tiempo no hubiera pasado.

La batalla fue intensa. El demonio era rápido, y sus movimientos eran difíciles de predecir, pero nuestras habilidades combinadas nos permitieron mantenernos a la par. Yo usaba mi Respiración de la Llama para atacar con fuerza, mientras Giyu utilizaba su Respiración del Agua para cubrir mis flancos.

—¡Izquierda! —gritó Giyu, advirtiéndome justo a tiempo para esquivar un ataque.

—¡Entendido! —respondí, lanzando un contraataque que hirió al demonio en el brazo.

El demonio rugió, herido, pero no derrotado. Nos miró con odio antes de lanzar un ataque feroz hacia mí. Antes de que pudiera reaccionar completamente, Giyu se interpuso, bloqueando el golpe con su espada.

—No mientras esté aquí —dijo con firmeza, empujando al demonio hacia atrás.

Finalmente, después de un arduo enfrentamiento, logramos derrotarlo. Mientras el demonio se desintegraba, murmuró algo sobre "órdenes superiores" y la "Respiración de la Llama", lo que me dejó con un mal presentimiento.

𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora