El sol estaba en su punto más alto mientras Giyu y yo entrenábamos en los jardines cerca de su mansión. Era uno de esos días en los que nada parecía salir bien para mí. Mi respiración estaba descompasada, mis movimientos eran torpes, y sentía que todo lo que intentaba fallaba estrepitosamente. El peso del embarazo, aunque aún no visible ni confirmado para Giyu, parecía estar drenando mi energía, y mi frustración crecía con cada paso en falso.
—Tu postura está mal. —comentó Giyu con su tono calmado, mientras se colocaba detrás de mí para ajustar mis brazos. —Si no controlas tu base, no podrás sostener un ataque prolongado.
Su corrección, que normalmente habría agradecido, esta vez me hizo hervir por dentro. Era como si todo lo que estaba acumulando, el estrés, las emociones, y la incertidumbre, estuviera a punto de explotar.
—¡Ya sé lo que tengo que hacer! —repliqué, apartándome de él con un movimiento brusco. Giyu se detuvo en seco, sorprendido por mi reacción.
—No te estoy criticando, solo quiero ayudarte. —respondió, manteniendo su tono tranquilo, aunque su mirada reflejaba confusión.
Pero sus palabras no hicieron más que encender aún más mi furia. Algo dentro de mí se rompió, y todo salió de golpe.
—¡Siempre estás corrigiéndome! ¡Como si no pudiera hacer nada bien por mí misma! —grité, dando un paso hacia él, mi voz resonando con una intensidad que nunca antes había mostrado. —¡No necesito que me digas qué hacer todo el tiempo, Giyu! ¡No soy una niña!
Giyu parpadeó, claramente desconcertado. No estaba acostumbrado a verme así. Siempre había sido tranquila y paciente, pero ahora era como si una tormenta hubiera estallado dentro de mí.
—No entiendo por qué estás tan molesta. —dijo, su voz manteniéndose firme pero con un leve toque de incredulidad. —Solo intento ayudarte a mejorar, como siempre hemos hecho. ¿Por qué estás actuando así?
—¡Porque estoy cansada! —le grité, sintiendo cómo las lágrimas se acumulaban en mis ojos, aunque no quería que las viera. —¡Cansada de que todo parezca una obligación, de que nada de lo que hago sea suficiente! ¡Y cansada de que ni siquiera puedas entender lo que estoy pasando!
Giyu dio un paso hacia mí, levantando las manos como si intentara calmarme.
—Si algo te está molestando, puedes decírmelo. Pero no entiendo por qué estás reaccionando de esta manera. —dijo, su voz empezando a mostrar un toque de impaciencia. —¿Qué es lo que realmente está pasando contigo?
Esa pregunta, aunque lógica, fue la gota que colmó el vaso. La rabia y la frustración se desbordaron.
—¡No quiero hablar contigo ahora!" —grité, girándome para recoger mi espada. —¡Prefiero estar sola a tener que soportar esto!
Giyu me miró fijamente, su expresión se endureció. Aunque normalmente mantenía la calma, mi actitud claramente lo había afectado.
—No entiendo por qué me tratas así. —dijo finalmente, su voz baja pero tensa. —Solo intento ayudarte, pero si no quieres mi apoyo, entonces no puedo obligarte.
Sus palabras dolieron más de lo que esperaba, pero mi orgullo me impidió retroceder. En lugar de disculparme o intentar explicar, me giré bruscamente y me alejé.
—¡Déjame en paz, Giyu! —dije, sin voltear a mirarlo. -¡Hazme el favor de no seguirme!"
El silencio que siguió a mis palabras fue más pesado que cualquier batalla que hubiéramos librado juntos. Giyu no me detuvo. No me siguió. Simplemente se quedó allí, observando mientras me alejaba.
ESTÁS LEYENDO
𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]
De TodoUn joven frío y reservado, marcado por la pérdida de su familia y el sacrificio de su mejor amigo, vive aislado del mundo, incapaz de expresar sus emociones. Su vida cambia cuando conoce a una chica llena de carisma y belleza, quien lo recuerda de u...
![𝑳𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 [𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 #1 - 𝑮𝑰𝒀𝑼]](https://img.wattpad.com/cover/380634200-64-k751033.jpg)