Capítulo 26 "El accidente."

82 9 0
                                    

No podía comprender qué era lo que había sucedido, yo iba caminando tranquilamente hacia el parque a ver a Zara y ahora no sabía en donde me encontraba, todo a mi alrededor lucía completamente oscuro, no podía abrir los ojos y tan sólo escuchaba a mi alrededor un montón de autos pasar y las voces de muchas personas hablando cerca de mí; comencé a asustarme por lo que acababa de pasar.

Desesperado intenté en vano abrir los ojos cuando escuché el sonido de una ambulancia a unos cuantos metros de donde me encontraba en el suelo recostado. De pronto sentí que un adulto hablaba mucho más cerca de mí que los demás, preguntando si alguien sabía qué era lo que me había pasado.

Justo después de que una señora dijera que una camioneta me había arrollado, sentí cómo, el que supongo era el paramédico, revisaba mi corazón, mi cabeza y el resto de mi cuerpo asegurándose de que podría moverme del suelo sin causarme daño.

Sin poder oponer resistencia a que me llevaran en la ambulancia, fui subido en una camilla mientras el paramédico decía a sus compañeros algunas indicaciones. La ambulancia avanzó casi volando sobre la calle, al tiempo que sentía y escuchaba cada una de las medicinas que me administraba el paramédico que, en un par de ocasiones se acercó a mi oído para decirme "Vas a estar bien, tranquilo."

Perdí el conocimiento de lo que sucedía a mi alrededor unos minutos después de que se detuvo la ambulancia en el hospital y que me bajaron de la misma, perdiendo por completo la noción del tiempo, me enfrasqué en la escena maravillosa en dónde Zara me sonreía por primera vez, sentía inmensas ganas de llorar al recordar todo lo que había pasado en los últimos días por un malentendido causado por los celos de Zara... y ahora me preguntaba...

¿Qué pensaría de mi si se daba cuenta de que yo no aparecí en la cita? ¿Me iba a odiar? ¿Dejaría de hablarme para siempre? ¿Se tomaría la molestia de llamar a mi celular para asegurarse de que me encontraba bien? ¿Se enteraría alguien de mi accidente? ¿Qué era lo que estaba pasando? Esas preguntas recorrían mi mente una y otra vez logrando que mi tristeza y desesperación aumentaran en unos cuantos segundos mientras mí alrededor se mantenía en completo silencio.

El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora