Estaba en casa acostado en mi cama observando el techo de mi habitación y pensando en mi primer y segundo encuentros con quien ahora sabía, se llamaba Zara. No mentiré, la primera vez que la vi y la segunda sentí exactamente lo mismo, un ligero cosquilleo en el estómago al contemplar su mirada y un cosquilleo mayor que recorrió mi cuerpo entero cuando vi su hermosa y cálida sonrisa.
¿Qué me estaba sucediendo? Había visto antes cientos de chicas frente a mí y no había sentido nada de esto por ninguna, no había visto tanta perfección en nadie y, por si fuera poco, su voz era tan fina y tan sensual que permanecía dentro de mi cabeza repitiendo su nombre una y otra vez.
La había dibujado ya, miles de veces intentando plasmar su belleza pero, por más que lo intentaba no podía convencerme de que mis dibujos reflejaban su hermosa figura de mujer. Terminé por frustrarme y dejar de dibujar para salir con mis amigos a jugar fútbol. Llegando al campo de juego me uní al partido en curso sin aviso previo y me deje guiar, necesitaba relajarme un poco.
Regresé a casa cuando se ocultó el sol, tomé un baño y me acosté a dormir, tan pronto como puse mi cabeza en la almohada, caí en un profundo sueño en el que rememoraba minuto a minuto mi segundo encuentro con ella. Volviendo incluso a sentir ese cosquilleo por dentro, su perfecta silueta caminaba una y otra vez en mi sueño pronunciando su propio nombre....
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El arte de amarte
Teen FictionEl día que la conocí, sus ojos me miraron desde la distancia y un tenue rubor en sus mejillas se pintó cuando se dio cuenta de que también la miraba, sin embargo no se detuvo y continuó con su suave caminar, ese que acentuaba el movimiento de sus ca...
