Cap 35 "La sorpresa"

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No podía acomodar ni una simple idea en mi cabeza, la agonía me estaba torturando. Su sonrisa, su mirada, su figura delicada, sus manos suaves y tersas, sus hermosas y torneadas piernas y su dulce y sensual voz recorrían mi mente a cada segundo con palabras y movimientos que me eran imposibles de entender, por un lado estaba aquella cita perfecta en donde ella aceptaba mi sentir y me correspondía volviéndome inmensamente feliz y, por otro estaba aquella fatídica cita indescriptible en la cual mi corazón se fragmentaba en cientos y miles de pedazos provocados por un rechazó eminente.

Habían pasado varias horas y cada vez que miraba el reloj mi cuerpo temblaba nervioso y mi corazón se aceleraba sintiendo el momento de la verdad cada vez más cerca. Se dieron las 4 de la tarde y corrí a bañarme y arreglarme para ella, pronto llegaron las 5 pm y ya me encontraba saliendo de mi casa con un ramo de rosas blancas en la mano, portando mis audífonos para escuchar música y relajarme.

Según lo dicho por Noemí, debía ir al parque a encontrarme con Zara y llevarla después al pequeño restaurante que estaba a unas cuadras de allí. Sabiendo que debía asegurarme de que mis amigas no habían exagerado y contando con tiempo suficiente para ir a averiguar lo que habían hecho, decidí ir a aquel sitio a observar la sorpresa que tenían preparada.

Brutal fue mi reacción al entrar al establecimiento y notar que había velas y flores en una hermosa mesa de madera, única en el lugar, música de ambientación y un suave aroma a comida italiana, la favorita de Zara. Maravillado por la delicadeza de cada detalle, sonreí pensando que eso seguramente iba a gustarle tanto o quizá más que mi modesto detalle, el dibujo de nosotros dos en nuestra primera cita...

Conmocionado por la sorpresa que habían preparado mis amigas, no pude evitar sonreír, esa podría ser la mejor noche de mi vida, sólo hacia falta estar sentado frente a la persona correcta, tomar sus delicadas manos, mirarla a los ojos y hablarle con la verdad, ahora que tenía todo listo, me sentía confiado y lleno de valor. Ahora estaba plenamente seguro de que ese sería el día de mi definitiva declaración....


El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora