Capítulo 76 "Miradas tajantes"

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Como quería hablar con Vania, Vero y Noemí sobre lo sucedido personalmente, les mandé un mensaje para decirles que las veía en el parque de siempre en 15 minutos. Noemí fue la primera en responder y exigirme que llegara en 5 minutos no en 15 porque me estaban buscando allí desde hacía un rato. Sin poder negarme a hacerlo, guardé mi celular y salí de nuevo a la calle, avisándole a mi madre que volvería en un par de horas más.

Llegué al parque en donde ya me esperaban mis amigas, Vania y Vero estaban sentadas escuchando música, Noemí iba de un lado a otro pensando o esperando verme llegar para reprocharme... y....eso fue lo primero que hizo al notar siquiera que me acercaba.

-¡¿En dónde ha estado todo el día el señor Oliver?!

-Hola loquita... ¿cómo estás?

-¡No has respondido!

-Conocí a alguien...

Va: WHAT?!

Ve: ¡¿COMO?!

N: ¡¿CONOCISTE?!

-Si...así es... Salí con Nallely

N: QUIEN ES NALLELY?

-Es una chica que conocí en el camión...en el cual me viste subirme...

Va: camión?

- Ya les dije....conocí a Nallely, es una chica muy particular, ella me invitó a ir a ver un partido de basquetbol y, decidí asistir.

Ve: ¿solo así?

-si...solo así... quería olvidarme de todo un rato...

N: ¿de todo? ¿También de nosotros?

-Sabes que no me refiero a ustedes loquita, sino a....

Aquella escena... casi repetida al pie de la letra del día en que conocí a Zara, a excepción de que ahora no estaba con mis amigos sino con mis amigas, se presentó ante mí, haciendo que perdiera la cabeza. Mis ojos se fueron directamente a sus caderas y piernas bamboleantes aunque estuviera viendo hacia el piso...temblé de pies a cabeza al mirarla así...como aquel día...sonriendo completamente inocente, con el aire del viento moviendo su ondulante vestido y su hermoso cabello suelto volando haciéndola ver mucho más hermosa y madura que antes.

Jimena de su lado izquierdo, Danny de su lado derecho, las tres caminando hacia donde nos encontrábamos mis amigas y yo y, justo a unos metros de distancia, nos miramos fijamente durante unos incómodos segundos. Luego Zara me ignoró tajantemente y siguió caminando dejando atrás a sus amigas que le siguieron confundidas. Noemí entonces se puso de pie y llegó hasta Zara casi hecha un trol de furia por lo sucedido...

-Pero bueno, ¿a ustedes tres que demonios les sucede?

J: no...

D: tranquila Noemí...no venimos a buscar problemas...

-pues si no los buscaron...ya los tienen y, sobre todo tu, Zarita...

Z: No sé de qué me hablas...

-¡Ah! ¡¿No lo sabes?!

Va: tranquila Noemi...

N: escúchame bien niñita consentida... en esta vida no se viene a dejar las cosas a medias solo porque se te antoja...

Z: sigo sin comprender...

Ve: Noemi...calmate...

-¡Si, claro! Seguro eres una inocente palomita que viene a mover el mundo a su antojo y lastimando a quien tenga que lastimar.

Z: n...no...No es así...

-¡Ves! ¡Eres una mentirosa! ¿Cómo pudiste siquiera salir con alguien tan bueno como Oliver?

Z: ¡No me levantes falsos! ¡Tú no sabes nada! Salí con el porque lo amo...

-Y si tanto lo amas ¿¿porque demonios lo lastimaste?? ¡Eres una insensible! ¡Una grosera! ¡Una...una...!

O: Basta Noemí...

-¡Pues no! Lo siento Oliver pero ella deber de saber todo lo que ha provocado...

O: No vas a ganar nada...ella lo sabe....ella sabe que me perdió...

Zara me miró tajantemente a los ojos, me barrió de arriba abajo como si fuera yo un bicho raro que acababa de ver sin mostrar ningún tipo de reacción hasta que escuchó mis últimas palabras, sólo entonces se quebró por completo, sus ojos se llenaron de lágrimas, su cuerpo tembló de pies a cabeza haciendo que ella perdiera toda la confianza y dureza que había mostrado minutos antes al llegar caminando hacia donde me encontraba.

Sus amigas se acercaron a ella para consolarla, ella simplemente las evadió apartándolas de su lado, comenzó a llorar como aquel día en que terminamos, pero esta vez... mi corazón no se tentó, mientras ella no fuera capaz de arrepentirse en verdad y de comprometerse a no volver a fallar, lo nuestro no podía tener una continuidad. Ahora era yo quien debía permanecer firme, inmune a sus palabras y a su llanto, en ese microsegundo en que ella flaqueó, aproveché para sonreír como dándole a entender que ya no iba a rogarle o a doblegarme ante ella.

Me di la vuelta dejando a Zara en la misma posición en que yo estuve muchas veces antes, caminé de nuevo hacia la banca y me senté. Mis amigas Vero, Vania y Noemí caminaron de regreso detrás de mí y se sentaron a mi lado mientras veíamos a Jime, Danny y Zara partir... la última, se limpió las lágrimas mirando hacia mi dirección y encontrándose con mi fría y dolosa mirada, y luego se dio la vuelta. La vi alejarse caminando de igual manera en que la vi llegar justo en medio de sus amigas, pero ahora con la cabeza gacha y sin un paso firme o decidido, sino más bien, siendo sujeta por Danny y Jime que algo le susurraban al oído.


El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora